Rafa Nadal y Garbiñe Muguruza avanzaron ayer a cuartos de final del Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada, tras doblegar al local Nick Kyrgios por 6-3, 3-6, 7-6 (6) y 7-6(5) y a la holandesa Kiki Bertens por un doble 6-3. El austriaco Dominic Thiem y la rusa Anastasia Pavlyuchenkova serán sus rivales por alcanzar las semifinales.

El número uno del mundo firmó su mejor encuentro en el torneo. Y lo necesitó para batir al de Canberra, que venía de una paliza con el ruso Karen Kachanov, y que se guardó esa faceta más de showman que en ocasiones le perjudica para mostrar el talento que se le presupone y obligar al manacorí a no despistarse en ningún momento.

Si bien el campeón en Melbourne en 2009 dominó con cierta autoridad el primer y el cuarto set, este último ya con su rival notando el esfuerzo físico de su anterior encuentro y el desgaste de pelearle desde el fondo al manacorí, el oceánico nunca se rindió y supo sacar partido a sus escasas oportunidades al resto para alargar un duelo entre dos tenistas que ofrecieron un gran nivel.

Nadal cerró el pase a los cuartos de final con un total de 64 golpes ganadores, con un drive letal pese a jugar por la noche y un revés a dos manos cruzado que hizo también mucho daño, por tan sólo 27 errores no forzados, mientras que Kyrgios le replicó apoyado en su poderoso saque (25 saques directos) para 50 winners y más errores (43).

El español, además, se mostró muy sólido al servicio, con sólo 12 puntos perdidos con el primero y concediendo únicamente tres bolas de break, que curiosamente no salvó para pagar un precio que no fue excesivamente caro porque supo manejar mejor los compases más tensos del duelo en los dos tie breaks. En ellos batió a un Kyrgios que saltó a la Rod Laver Arena con una camiseta homenaje a Kobe Bryant y su 8.

La de Caracas, por su parte, se reecontró con su mejor nivel en los dos últimos partidos, en los que ha presentado su candidatura a pelear por su tercer grande. Tras derrotar con autoridad a la ucraniana Elina Svitolina, quinta favorita, tampoco dio opciones en octavos a la novena, a la que despachó con firmeza y en poco más de una hora. Siempre tuvo el control del duelo ante una Bertens que no pudo detener su agresividad y que sufrió cuando su rival jugó con primeros servicios. Muguruza sólo perdió tres de sus 31 puntos con primeros y, aunque perdió en dos ocasiones su saque, sólo le permitió a la neerlandesa tener cuatro bolas de rotura.

La pupila de Conchita Martínez dejó claro que ha mejorado en este inicio de campaña en como gestionar sus ventajas en el marcador. Dos años después vuelve a los cuartos de final en Melbourne, donde se medirá a la rusa Anastasia Pavlyuchenkova, ahora entrenada por San Sumyk, extécnico de la de Caracas.