La asfixiante defensa exhibida y el trabajo coral de un grupo liderado por un Jaime Fernández en estado de gracia bastaron al Unicaja para desarbolar al MoraBanc Andorra y, de paso, obtener su billete para su tercera final de Copa del Rey, en la que se jugarán el título con el Madrid (92-59).

Los malagueños tendrán, quince años después, una nueva cita con la historia y frente al mismo rival ante el que levantaron su único título en 2005. En esta ocasión lo harán arropados por su público y, en caso de ganar, acabarían con la maldición que persigue desde 2002 a los anfitriones.

El último cuarto apenas tuvo historia. Mientras los locales disfrutaban con la tranquilidad que les daba el marcador y aprovechaban para dar minutos tras su lesión a Ejim que aportó buenos minutos y 15 puntos, los andorranos seguían fuera de partido.

La fiesta terminó con el 92-59 final. El MoraBanc se va de Málaga con la cabeza bien alta y el Unicaja ya sueña con repetir el triunfo de 2005.