Entre Padua y Verona, en la región del Véneto, hay una pequeña localidad llamada Montebello en cuyo equipo de hockey sobre patines juega el coruñés Juan Fariza, que reside en Vicenza. En una de las zonas cero del coronavirus en Italia, el exjugador del Cerceda está tranquilo. La liga de hockey sobre patines del país transalpino, en la que también participa otro coruñés, Pablo Cancela, con el FollonicaPablo Cancela, ha sido una de las más afectadas por las cancelaciones para intentar contener el brote del Covid-19. De hecho, estaba suspendida e iba a reanudarse a puerta cerrada este fin de semana, pero el equipo de Fariza seguirá sin jugar porque se tenía que enfrentar al Trissino, plantilla en la que uno de sus jugadores acaba de dar positivo por este virus. Así que tiene que seguir esperando. "Estoy tranquilo, deseando que esto acabe cuanto antes y reanudar la vida normal", dice. "Ahora mismo no sé yo cuándo volveremos a jugar", se queja.

Al coruñés le ha afectado la situación tanto en lo personal como en lo profesional. En esta faceta, en una doble vertiente. Por un lado, por la suspensión de la competición. Su equipo no jugaba, pero por lo menos seguía entrenando hasta que un compañero cayó enfermo y hubo que esperar a confirmar que los análisis descartasen el coronavirus. Por otro, porque precisamente acababa de inaugurar un centro de Pilates cuando estalló la tormenta. "Económicamente está siendo un palo para el país", comenta. También tiene una niña pequeña, que desde esta semana no puede ir a la guardería por la cancelación de las clases en todo el país hasta mediados de mes.

"Hubo un poco de alarmismo y exageración cuando empezó todo, hace dos semanas", analiza. "Parecía que iba volviendo todo a la normalidad, pero falsa alarma", continúa. "Han vuelto a cerrar colegios, cines, museos... Por la calle hay poca gente, los bares están vacíos y hay poca vida en general. Todo un poco caos", añade. "Entiendo que hay que tomar precauciones, pero tampoco perder la cabeza. Aquí han ido cambiando las medidas de un día a otro", se queja. Pero en ningún momento se planteó volver a casa. Será su madre la que se desplace allí con toda normalidad.