Javier Gómez Noya, plata en Londres 2012, afirmó que pese a la amenaza del Covid-19 confía en que el próximo verano se disputen los Juegos Olímpicos de Tokio, donde no "renuncia al oro", aunque admitió que no sabe si es más la expresión de un deseo, y aseguró que seguirá con su plan de preparación.

"Mi sensación, no sé si más un deseo, es que los Juegos se van a disputar. Afronto esta situación con tranquilidad porque no está en la mano de los deportistas. Espero que se celebren, pero no tengo ansiedad. Trato de controlar las cosas que están a mi alcance. No voy a preocuparme por algo que no sé si va a ocurrir", dijo en un desayuno informativo en la sede del COE.

El embajador de la iniciativa 123 a Correr espera poder disputar la segunda prueba de las Series Mundiales de Triatlón en Bermuda, el 18 de abril, tras el aplazamiento de la inaugural en Abu Dabi. "Seguiré mi planificación pensando en julio y los Juegos Olímpicos y, si no se disputa la prueba de las Series Mundiales en Bermuda, hará alguna carrera local o triatlón de menor nivel", apuntó Gómez Noya, después de llevar a cabo un clinic por los alrededores de la sede del COE.

A pesar de estar clasificado para disputar el Ironman de Hawái de octubre, Gómez Noya insistió en que en este 2020 su "objetivo" son los Juegos de Tokio 2020, en los que competirá con 37 años, y "no se plantea" acudir a la isla estadounidense. "En un año tan importante no se puede estar en todo. La preparación es muy diferente. Está bien estar clasificado, pero vamos objetivo a objetivo, y mi objetivo es Tokio 2020", subrayó el ferrolano.

Con el paso de los años, el pentacampéon del mundo dijo que afronta la cita olímpica "con seguridad y confianza". "Aparecen rivales nuevos, pero la experiencia es muy importante. Mi foco es dar la mejor versión de mí mismo el 27 de julio. Afronto los Juegos muy tranquilo y con ganas de hacerlo muy bien", comentó.

Entre esos rivales por repetir el podio olímpico, figuran los españoles Mario Mola y Fernando Alarza, los hermanos Brownlee y el francés Vincent Luis, campeón del mundo. "La carrera de Tokio será muy abierta, mucho más que la de Río. Hay muchos candidatos a la victoria: Mola, Alarza, los Brownlee, Luis... Espero estar en ese ramillete y rendir bien ese día", deseó.

En este sentido, el triatleta gallego nacido en Basilea (Suiza), no pone techo a su ambición. "¿El bronce? No firmo nada. Igual quedas el 25 o logras un bronce en una buena carrera y estoy satisfecho. Si quieres ganar, tienes que creer tú. Tengo una plata olímpica y si hago bronce, bien, pero no voy a renunciar al oro", dijo.

A su juicio, uno de los problemas de Tokio 2020 será la temperatura, que puede alcanzar hasta los 30 grados, del agua en el tramo de natación. "La gente sale supermareada. Hay que tratar de entrenar a altas temperaturas e hidratarse bien".

La inclusión en el programa olímpico de la prueba de relevos mixtos es una "buena noticia", y se puso a disposición del seleccionador nacional para formar una de las parejas españolas, aunque Noya se mostró realista respecto a las opciones de lograr medalla en la capital japonesa.

"Hay que ser realista y me vienen a la cabeza tres o cuatro países a los que será difícil ganar. Creo que quintos o sextos sería muy positivo; no renunciamos a nada, no somos favoritos, pero tampoco descartamos la sorpresa", indicó.

Desmintió que no haya relevo generacional, caso del campeón del mundo sub 23, Roberto Sánchez Mantecón, aunque destacó que es "muy difícil" tomar el testigo de una cosecha que ha dado a un segundo, tercero y cuarto en el pasado Campeonato del Mundo como Mola, él mismo y Alarza.

"García Bragado solo hay uno entre un millón. Espero poder seguir más tiempo, pues no he bajado el listón. ¿Abanderados? Es bueno que haya un chico y una chica. Mireia Belmonte o Teresa Portela han hecho méritos", indicó sobre el marchador madrileño, que disputaría en Tokio sus octavos Juegos y el doble abanderado aprobado por el COI.

Mientras, el gallego proseguirá con su programación: 25 kilómetros de natación, entre 350 y 400 de bici y de 90 a 120 de carrera a pie. "Solo corro a 4 minutos el primer kilómetro. Las zapatillas mágicas son una revolución, con la placa de carbono se va más rápido, aunque influyen en función del corredor. Si le ponen un motor a una bici ... Están permitidas y lo importante es competir en igualdad de oportunidades", destacó.