A Juan Domínguez la crisis del coronavirus le pilló en Austria, recién terminado el campeonato regular y a punto de iniciar el play off con el Sturm Graz, su equipo desde febrero del año pasado. Hace poco más de un mes, cuando se supo que el parón competitivo iba para largo, pidió permiso al club para regresar a España debido a una "situación familiar muy delicada", con su padre de viaje en China por trabajo y varios parientes cercanos de "alto riesgo", entre ellos su madre. Volvió a A Coruña para estar cerca de los suyos y ahora, con su padre ya en casa, la situación está "más estable y más controlada", lo suficiente como para regresar a Austria -espera hacerlo en los próximos días- y reincorporarse al trabajo con su equipo, que volvió al césped esta semana.

Domínguez está en contacto diario con sus compañeros, técnicos y directivos del Sturm Graz y conoce perfectamente lo que le espera en Austria, un estricto protocolo parecido en algunos aspectos al camino de vuelta que planea LaLiga para el fútbol español. "Vas a entrenar en el coche vestido con la ropa deportiva, te pones las botas, acabas y te vas directamente para casa a ducharte", expone a modo de ejemplo el canterano blanquiazul.

"Hay muchas restricciones, muchas cosas que no se pueden hacer. Por ejemplo, el entrenador no puede coger el balón con la mano y tirártelo para que les des de cabeza para evitar riesgo de contagio. No puede haber contacto. Hay que guardar la distancia de seguridad. No pueden tocar el mismo objeto dos personas. Es un poco complicado pero por lo menos sirve para ir cogiendo la forma", relata. Los jugadores están entrenando en dos turnos: primero doce, divididos en dos grupos de seis, cada uno en un campo diferente; y luego el resto, también de seis en seis. "Los grupos nunca se mezclan entre ellos para, si en algún momento hay algún infectado, que solo tengan que ir a la cuarentena esos seis y los otros no", argumenta. "Antes de empezar los entrenamientos les hicieron los test a todos los jugadores, técnicos y empleados, y todos dieron negativo. Están programados más test periódicos y también se harán 48 horas antes de cada partido", detalla el exdeportivista.

En Austria todavía "no hay una fecha concreta" para volver a competir, pero la previsión es que será "el 16 de mayo" con el objetivo de completar el play off, en principio de diez partidos, "en junio". "Tienen un plan teórico e ideal, pero aún están mirando si lo pueden llevar a cabo", matiza. Allí van algunas semanas por delante de España, donde en el mejor de los casos los futbolistas retomarán el trabajo sobre el césped a principios de mayo, con vistas a reanudar el campeonato un mes después.

De momento, Domínguez sigue ejercitándose en solitario en su casa de Perillo y mantiene "contacto diario" con los responsables de su club, que se están encargando de todos los trámites, tanto con las autoridades austríacas como con las españolas, para que pueda viajar.

Retornar al Dépor, "complicado"

Es un fijo en las alineaciones del Sturm Graz, con el que además estaba haciendo goles, y desconoce cuál será su futuro más allá de junio, que es cuando acaba contrato. A sus 30 años, vive el momento de "más incertidumbre" de toda su carrera "por el coronavirus, porque no se sabe cómo va a repercutir en los clubes, y sobre todo porque antes de llegar a Austria tenía esa espinita de probar una experiencia en el extranjero, y eso ya lo cumplí". "Estoy abierto a cualquier posibilidad. No me cierro ni al extranjero, ni a España, ni a nada. Eso es bueno porque así el abanico donde escoger será más amplio, si todo va bien", afirma el coruñés.

En sus siete temporadas en el primer equipo del Dépor disputó 171 partidosDépor , 39 de ellos en Segunda con Fernando Vázquez el año del último ascenso (2013-14). Ve "complicado" reencontrarse con el técnico de Castrofeito en el equipo blanquiazul, aunque "todo es posible". "Nunca digas nunca", concluye Juan Domínguez.