La Federación Gallega de Fútbol cerró ayer todas sus competiciones tras semanas de dudas, debates internos y encuentros con centenares de clubes. El organismo que preside Rafael Louzán, con el apoyo casi unánime de la asamblea general a la que se consultó recientemente, dio por concluidas las competiciones en función de la clasificación del 14 de marzo, justo antes de que la pandemia del coronavirus paralizase la vida en todo el mundo. No hay descensos (salvo en aquellos casos que los equipos ya lo estuviesen de forma matemática en el momento del parón), pero se respeta el número de ascensos previstos en todas las categorías lo que va a llevar de forma inevitable a una reestructuración de cara a la temporada que viene. La Federación decidió que en aquellos casos que no se disputaron el mismo número de partidos se aplicase un coeficiente de puntos y que en caso de igualdad se aplicase primero el golaverage particular y luego la diferencia de goles general.

La Federación decidió que suban a Tercera División el Viveiro y el Fisterra del Grupo Norte, y el Ribadumia y el Atios procedentes del Grupo Sur. Eran los dos primeros clasificados en el momento del parón. Queda pendiente la posibilidad de que se incorpore el Boiro e incluso, en una opción muy remota, el Areas.

Diez equipos logran el ascenso a Preferente entre ellos el Victoria de A Coruña, el Betanzos, el Atlético Escairón, Santaballes y O Pino.