Casi seis meses va a durar el desenlace del partido entre el Rayo Vallecano y el Albacete, aplazado el pasado 15 de diciembre de 2019 por los cánticos que un sector de la afición del equipo madrileño dedicó al delantero del cuadro manchego, el ucraniano Roman Zozulia, al que llamaron "puto nazi" como crítica a su supuesta ideología.

Ese encuentro se suspendió al descanso con empate a cero y un jugador menos para el Albacete debido a la expulsión en la primera mitad del centrocampista azerbaiyano Eddy Silvestre. Además, en caso de jugar, los futbolistas del Rayo Vallecano Oscar Valentín y Oscar Trejo y el centrocampista del conjunto manchego Néstor Susaeta partirán con cartulina amarilla.

De esta forma, el encuentro se reanudará con ese resultado y un jugador más para el Rayo. Ninguno de los dos equipos podrá alinear a los refuerzos del mercado de invierno, puesto que las reglas dictan que todos los que pueden participar deben ser futbolistas inscritos en la fecha en que se disputó originalmente el choque.

El paso del tiempo deja como curiosidad que uno de los capitanes del Rayo Vallecano, Adrián Embarba, no estará sobre el césped, puesto que en enero se marchó al Espanyol, o que el técnico del Albacete ya no será el que inició el duelo, Luis Miguel Ramis, sino su sustituto, Lucas Alcaraz.

Este Rayo-Albacete será el partido oficial más largo de la historia del fútbol español. Comenzó un 15 de diciembre de un año y terminará un 11 de junio del año siguiente, casi seis meses de tiempo.

Los cánticos que llevaron al partido a la suspensión supusieron una multa del Comité de Competición para el Rayo de 18.000 euros por "dos faltas graves" y el cierre parcial de su estadio durante dos partidos, decisión que, aunque se recurrió por el club madrileño al Tribunal de Arbitraje Deportivo, queda sin efecto en este caso debido a la obligatoriedad de jugar a puerta cerrada por la consecuencias derivadas de la pandemia de coronavirus.

El anterior partido más largo está considerado el Laredo-Getxo de Tercera División, que comenzó el 23 de enero de 1977 y terminó dos meses después, el 23 de marzo.

En aquella ocasión el partido se suspendió a falta de solo 68 segundos para el final debido a un tumulto que se originó tras la invasión de campo que se produjo al decretar el árbitro un penalti en el área del conjunto cántabro.

Tres días más tarde, el Comité de Competición dijo que el partido debería reanudarse con el lanzamiento del penalti, que se jugarían los 68 segundos que restaban, y que, aparte de la multa económica y la clausura del estadio, el tiempo restante se jugaría en San Mamés a puerta cerrada.

El partido se fue aplazando debido a diferentes hechos políticos y se acabó disputando el 23 de marzo. El Laredo concedió que los 68 segundos los dirigiera un árbitro vizcaíno, Izagirre, para evitar pagar gastos de desplazamiento. Televisión Española envió sus cámaras y retransmitió lo que restaba por disputarse de juego.