El Barcelona no pasó del empate ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán y ello hace que peligre su liderato, al que acecha el Madrid en una jornada en la que tiene pendiente mañana su cita en San Sebastián ante la Real Sociedad.

El Barcelona estuvo mejor en la media primera media hora de partido, pero se atascó ante la meta rival y el Sevilla empezó a controlar hasta el descanso, también parte de la segunda mitad y supo aguantar los envites finales de los visitantes, lo que le deja vivo en su lucha por no perder las posiciones de la Liga de Campeones.

El conjunto azulgrana se presentó en el estadio sevillista con la necesidad de seguir sumando de tres en tres para que el Madrid no tuviera opciones de arrebatarle la privilegiada posición.

Quiue Setién para ello sacó desde el inicio en la delantera a Luis Suárez, que volvía a la titularidad cinco meses después tras superar una lesión y que buscaba rentabilizar su compenetración con Leo Messi.

Intentó el Sevilla presionar alto para que el adversario tuviera complicado la salida del balón, pero el Barça también quiso hacer lo mismo para madurar así el choque en la confianza de la calidad de sus jugadores de creación.

El gol se veía cerca del lado del cuadro catalán, solvente en la defensa, dominador en el centro del campo y como un martillo pilón en penetraciones sobre el área local, lo que desesperó a Lopetegui en el banquillo, quien tuvo la pausa de la hidratación de la media hora para intentar corregir la disposición de los suyos.

La pelota parada fue un recurso de los visitantes, con Messi como gran especialista, y eso fue suficiente para que el Barcelona volviera a tomar el dominio cuando se entró en el último cuarto del tiempo reglamentario y ya con el francés Antoine Griezmann en el terreno, pero ninguno de los dos equipos tuvo ya opciones de gol.