El Celta puso fin a su alarmante sequía goleadora con una contundente victoria ante el Alavés en Balaídos, en un partido que controló con autoridad desde mediada la primera parte con dos tantos de ventaja y la expulsión de Martín en el equipo visitante.

Nolito debutó y marcó con la camiseta del equipo celeste, que escribió un guión soñado en la primera parte: cuatro goles, una expulsión del rival y control absoluto del juego. Se cargó de un plumazo la sequía goleadora de 388 minutos con la que abrió el partido.

Los dos entrenadores presentaron novedades. Óscar García volvió a la defensa de cuatro y en ataque concentró su artillería (Denis Suárez, Rafinha, Aspas, Smolov). Asier Garitano mantuvo su política de rotaciones, con el debut de Javi López.

El equipo celeste sentenció el partido con un par de acciones de estrategia, dos saques de esquina que ejecutaron al Alavés, un equipo que quedó malherido, lastimado en exceso por los goles, aturdido. Lo aprovechó el Celta. Necesitó poco para hacer daño. Un envío largo de unos cuarenta metros de Murillo pilló a la defensa rival despistada y colocó a Smolov cerca del tercer tanto.

Minutos después, la expulsión del defensa Martín, por una dura e ingenua falta a Rafinha, condenó definitivamente al equipo de Garitano.

La riqueza ofensiva del equipo local se concretó con dos golazos de Rafinha: un lanzamiento con el interior desde fuera del área, y un disparo potente para culminar un centro de Olaza desde la izquierda.