El Leyma Coruña oficializó ayer el fichaje de Taiwo Badmus procedente del Marín. Era un secreto a voces, un nombre que no había dejado de correr en los últimos días en las redes sociales y que el club confirmó como lo hará en las próximas horas con el de Javi Vega, ala pívot del Burgos, revelación de la Fase Final de la ACB, donde se plantó con su equipo en las semifinales. "Hay que esperar a que acabe la ACB para hablar de los primeros fichajes", avanzaba el directivo Alberto Méndez el lunes por la mañana en la presentación de una acción de marketing del club. Son, por tanto, las dos primeras incorporaciones naranjas para el próximo curso. Y no serán las últimas. Se espera una nueva revolución. Solo cuatro miembros de la plantilla del último ejercicio tienen contrato en vigor, los bases Augustas Peciukevicius, Gaizka Maiza y Pablo Ferreiro y el pívot Abdou Thiam (se cortó a Sean Smith y Carlos Martínez). Faltaban ocho para completar la lista. Ya van dos. Y la mayoría serán nuevos, si bien Méndez también reconoció que se negocia todavía alguna extensión de contrato más.

La plantilla huele a renovación. Y esto sí que no es ninguna novedad. Siempre más fichajes que permanencias. Badmus, que por complexión física y juego encaja a la perfección en las preferencias y estilos de juego del técnico Sergio García, será el jugador número 74 del Leyma en los ochos años que el club coruñés ha militado en la LEB Oro. Sale una media de más de nueve novedades por temporada. Aunque no es algo exclusivo del conjunto naranja sino del mundo del baloncesto en general. Del baloncesto moderno. Cuando los aficionados ya se han aprendido los nombres y encariñado con los jugadores, llega el 30 de junio y ni club ni ellos miran atrás. Se marchan a sus nuevos destinos. Llegan otros. Como un intercambio de cromos. Una reconstrucción verano tras verano. Y cada vez más falta de señas de identidad.

Desde que el Leyma aterrizó en la LEB Oro hace ocho temporadas el número de jugadores que vistió la camiseta naranja es de 73, además del debut testimonial de ocho canteranos (solo Pablo Ferreiro y Carlos Noguerol se hicieron un hueco fijo en la primera plantilla). De esos 73, hasta 56, más del 75%, solo estuvieron un año o incluso menos, con contratos temporales de apenas unos meses. Solo 17 repitieron. Y la mayoría de ellos, diez, únicamente una vez, es decir, sumaron dos años en la ciudad, algunos incluso uno y medio: Beka Burjanadze, Eduardo Hernández-Sonseca, Kyle Rowle, Dago Peña, Mirza Bulic, Jeff Xavier, Carlos Martínez, Joan Creus, Filip Djuran y Gdeminas Zyle.

Por encima, los siete jugadores que más han marcado la reciente historia del Leyma con los tres cursos de Chus Castro, Javi Lucas (que además sumó otros dos en LEB Plata) y Sergio Olmos; los cuatro de Zach Monaghan y Pablo Ferreiro, que el próximo curso puede igualar los cinco de Larry Abia, con presencias intermitentes por lesiones y bajadas al filial. Y arriba de todo, con seis temporadas y 196 partidos con la camiseta naranja, el gran capitán Ángel Hernández. Solo Charlie Uzal y Gus Gago, entrenador asistente y preparador físico, acumulan más galones en la casa. Como dato, dos de las mejores temporadas del club en la LEB Oro, ambas bajo la batuta de Tito Díaz, la 2015-16, cuando rozó la final del play off con una épica eliminatoria de semifinales contra el Melilla, que después sería campeón, y la 2016-17, cuando llevó al Palencia al quinto partido de cuartos de final, las plantillas estaban formadas casi en su mayoría por ese 25% de jugadores que estuvieron más de un año en el equipo. En la de 2017 Josep Mikulic, Lamont Johnson y Tautvydas Sabonis fueron los únicos intrusos y en la de 2016, Ben Stelzer, Tomas Hampl y Volodymir Orlov.

La tendencia parece acusarse en las últimas temporadas. Cuando arrancó la maldita 2019-20, la que ya siempre será recordada como la del Covid-19, la plantilla arrancó con solo cuatro jugadores de la anterior: dos de casa como Carlos Martínez y Pablo Ferreiro, Jeff Xavier y Mirza Bulic. Frente a ellos, ocho incorporaciones: Mathieu Kamba, Filip Djuran (ya conocido por su paso por el club en la 2016-17), Gaizka Maiza, Perris Blackwell, Sean Smith, Anthony Green, Abdou Thiam y Mike di Nunno. La lesión de este último provocó la llegada de Augustas Peciukevicius, que iba a ser temporal y terminó siendo definitiva. Otro contratiempo, como la espantada de Bulic, obligó a mover ficha para traer a Ashley Hamilton. Y en un intento de darle un último impulso al equipo hacia la ACB, se fichó en febrero a Álex Llorca. Quince jugadores en un año. Y once, de momento, están fuera a la espera de posibles renovaciones o despedidas confirmadas.

Hasta 16, récord, pasaron por el club en la 2018-19 (la segunda que se quedó fuera del play off), que partió con solo tres supervivientes de la anterior: Zach Monaghan, Pablo Ferreiro y Larry Abia. Fue la primera sin Ángel Hernández, que se había mantenido como una constante en la plantilla desde el ascenso a la LEB Oro. Y con él también se fue Sergio Olmos. Ante la falta de referentes regresó Carlos Martínez, salido de la cantera del Leyma antes de despuntar en Baskonia. Y con él, otros nueve fichajes Quinton Stephens, Mirza Buliz, Sergi Pino, Ty Sabin, Michael Uchendu, Braxton Agbueze, Axel Louissaint y Jonathan Araujo. Pero todavía hubo más movimientos. Louissaint fue dado de baja. Llegó Jeff Xavier. Araujo no se adaptó. Hubo lesiones. Andrés Miso, Adheji Baru y Víctor Serrano tuvieron su aportación temporal. 16 piezas. Cuatro siguieron. Doce se despidieron y siguieron su camino.