El inglés Lewis Hamilton (Mercedes) dominó por completo la primera jornada de entrenamientos libres del Gran Premio de Austria, arranque oficial del Mundial de Fórmula 1, mientras que Carlos Sainz (McLaren) finalizó el día en décima posición.

Fue precisamente Sainz el primero en salir a rodar en el Red Bull Ring de Spielberg, frente a unas gradas vacías y decoradas con varias lonas decoradas con mensajes contra la discriminación y el racismo, dentro de la campana por la diversidad We race as one que ha puesto en marcha la F1.

La lluvia era la principal amenaza, pero apenas cayó agua, unos minutos en la primera sesión y tregua completa en la segunda, permitiendo a los equipos rodar con normalidad en esta esperada sesión, la primera de la temporada y que llegaba con más de tres meses de retraso respecto al plan inicial.

Este nuevo Mundial sin público y plagado de medidas de seguridad no tuvo novedades en lo puramente deportivo, donde Mercedes volvió a exhibir su dominio incontestable de los últimos años. Además, no dudó en usar el controvertido sistema DAS, su volante con dirección de doble eje que tanto dio que hablar en pretemporada.

Hamilton, que arranca la búsqueda del séptimo mundial que le igualaría con Michael Schumacher, dominó con autoridad las dos sesiones y en ambas le siguió su compañero de equipo Valtteri Bottas, muestra de que las nuevas flechas negras, tras su cambio de color que les ha quitado el apelativo de plateadas han vuelto con la fuerza de siempre.

Por su parte, Sainz, en la primera carrera donde empieza a despedirse de McLaren, abrió el día con fuerza y marcó una esperanzadora cuarta posición en la sesión matinal, aunque en la tanda vespertina descendió hasta cerrar el Top 10. "El coche ha mostrado un ritmo decente y yo lo he notado muy parecido respecto a los test de febrero en Montmeló (Barcelona), lo que es una buena noticia", explicó el piloto español. "Éste ha sido un buen primer viernes para nuestro equipo, ha sido genial volver al McL35", añadió.