El Madrid dio un paso importante hacia el título de LaLiga Santander con su victoria en San Mamés ante el Athletic (0-1), aunque el Barcelona supo responder en Villarreal con un triunfo contundente y autoritario y buen juego (1-4), e impidió así que su rival abriera más hueco.

Con ambos resultados la diferencia sigue siendo de cuatro puntos para el líder, distancia que sin ser definitiva sí que es más que importante a falta de cuatro jornadas.

Esta trigésima cuarta jornada era de máxima exigencia para ambos conjuntos. Ambos respondieron, el Madrid con su séptimo triunfo consecutivo, el segundo seguido por 1-0 y de penalti transformado por Sergio Ramos, y el Barcelona poniendo fin a una racha de dos empates seguidos en un feudo propicio como La Cerámica pese a que el submarino amarillo era uno de los equipos en mejor forma en esta reanudación liguera, en la que no conocía la derrota.

Los hombres de Zinedine Zidane hicieron un nuevo ejercicio de solidez en San Mamés. Sin buen juego, su fortaleza atrás está resultando determinante. Encontró de nuevo un penalti cuando el partido se encaminaba al tramo final, por pisotón de Dani García al brasileño Marcelo, decretado tras revisar el colegiado la televisión a instancias del VAR, y transformado por el infalible Sergio Ramos.

El Athletic, bastante bien controlado por el Madrid, reclamó posteriormente otra pena máxima por un pisotón de Sergio Ramos a Raúl García que el colegiado no decretó y que el VAR no revisó. Otro partido de los blancos con polémica.

En todo caso, el triunfo abrió provisionalmente un hueco de siete puntos que hubiera sido definitivo si el Barcelona no ganaba en La Cerámica ante un Villarreal que con su reacción en este retorno aspira incluso a la Champions y que no conocía la derrota desde antes del parón. De hecho había ganado todos los encuentros menos uno y tan solo había encajado dos tantos.

El Getafe, quinto clasificado, también tropezó. No pudo pasar del 0-0 ante Osasuna. Aunque en la anterior jornada, en Madrid, esbozó una clara mejoría, volvió a las andadas ante el cuadro navarro, asentado en la zona cálida de la tabla.

El Espanyol está prácticamente descendido. Solo un milagro le permitiría seguir en Primera División. Tiene la salvación a once puntos y solo quedan doce por disputarse.