El Real Madrid tan solo necesita ganar dos partidos en las tres jornadas que faltan para proclamarse campeón de Liga después de derrotar ayer al Alavés (2-0) en un envite sin laberintos para el conjunto de Zidane, que tiene el título casi en el bolsillo. El Madrid no termina de ser brillante, pero desprendió una prestación camaleónica para superar cualquier escollo y encadenar ocho victorias consecutivas. Venció al Alavés sin florituras, pero con la solidez de un equipo que no echó de menos a Sergio Ramos, ni a Marcelo, ni a Carvajal. Benzemá, de penalti en el primer tiempo, y Asensio, al arrancar el segundo tiempo, marcaron los dos goles.

El Alavés de los exdeportivistas Lucas Pérez y Joselu continúa su mala racha y se queda a tres puntos del descenso, cuando quedan nueve en juego.