Miguel Ángel Guerrero, Roger Assalé y el VAR dieron una vida extra al Leganés en su visita a San Mamés, un campo talismán para los pepineros y donde los del mexicano Javier Aguirre se impusieron por 0-2 acabando con el sueño europeo de un Athletic que jugó tres cuartos de partido en inferioridad numérica.

El choque estuvo marcado por dos jugadas claves. La expulsión del meta local Unai Simón en el minuto 22, una sanción rigurosa y discutible, y el tanto de Guerrero en el 79, sancionado con fuera de juego en primer instancia y después validado por el VAR cuando parecía una acción antirreglamentaria.

El triunfo mantiene al Leganés con opciones de permanencia y complica la del Celta, que ayer cayó en Balaídos contra el Levante (2-3) y se le jugará en la última jornada. Los celestes aventajan en un punto a los madrileños.

El Levante asaltó el estadio vigués con una victoria que entorpece la permanencia del Celta, pues ahora tendrá que certificar la salvación en el campo del Espanyol en la última jornada.

El conjunto celeste ofreció, pese a jugar con uno más durante cuarenta minutos por expulsión del visitante Miramón, una pobre imagen que contrastó con la seriedad del equipo de Paco López.

El Levante, que presentó la gran novedad del portero Koke Vegas, necesitó muy poco para intimidar al Celta.

En otro partido que afectaba al descenso, el Alavés ganó al Betis (1-2) con goles de Joselu y del brasileño Rodrigo Ely y se aseguró la salvación y jugar por quinta campaña consecutiva en Primera, en el año de su centenario, ante un equipo sevillano que, sin nada en juego, lo intentó, pero pagó sus errores defensivos.

Tras una primera parte igualada, con mayor dominio bético y con pocas ocasiones, aunque el Betis pudo marcar antes del descanso en un mano a mano de Borja Iglesias que sacó el meta Roberto, el Alavés salió más enchufado en la segunda y no perdonó con los tantos de Joselu, su undécimo gol en Liga, y de Ely en los minutos 52 y 76, un marcador que maquilló en el tiempo añadido Loren Morón.

La agonía del Mallorca llegó a su fin ayer en Palma y matemáticamente ya es equipo de Segunda al perder 1-2 ante un Granada que mantiene muy vivo su sueño europeo. El colombiano Cucho Hernández marcó el gol de la esperanza local en la primera parte, y en el descuento de ese período y en la segunda parte, sentenciaron la suerte mallorquinista Víctor Díaz y Carlos Fernández.

El Mallorca desciende un año después de conquistar un puesto en Primera tras una temporada nefasta para sus intereses, y ni siquiera tuvo el consuelo de llegar a la última jornada con opciones de permanencia en el partido contra el Osasuna en Pamplona.