Fabio Quartararo (Yamaha YZR M 1) ha protagonizado un inicio del campeonato del mundo de MotoGP arrollador, con dos victorias de dos posibles y es ya uno de los más firmes candidatos al título de 2020 aunque se perfilan ya en el horizonte dos complicados escollos para el francés, el regreso de Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) y su recuperación y los problemas con los motores Yamaha.

Quartararo ha pasado de ser un debutante con aspiraciones en 2019 a candidato claro al título mundial en 2020 por su eficacia, su solvencia y, sobre todo, por la autoridad mostrada en la segunda carrera de la temporada, el Gran Premio de Andalucía de MotoGP, que dominó a placer, desde la primera a la última vuelta y lo hizo consiguiendo una ventaja preocupante para sus rivales que luego no fue tanto al manejarla con maestría y sin asumir ningún riesgo.

A partir de ahora todas las miradas se van a centrar en Fabio Quartararo, que se convierte en el piloto a batir, al menos hasta que regrese Marc Márquez tras superar su lesión por la fractura del tercio medio del húmero de su brazo derecho, lo que se producirá dentro de un par de semanas con la llegada del Gran Premio de la República Checa, en el trazado de Brno, un circuito menos exigente a nivel físico que el Ángel Nieto de Jerez y mucho más rápido.

Para entonces se espera que las condiciones físicas de Marc Márquez hayan mejorado sensiblemente, sobre todo porque si apenas cuatro días después de someterse a la intervención quirúrgica fue capaz de subirse a su moto, el intenso plan de rehabilitación al que estará sometido durante todo este tiempo le deberá permitir alcanzar un nivel de recuperación próximo al ciento por ciento o al menos para llevar su Repsol Honda RC 213 V.

Nadie duda de las aptitudes y cualidades que ha demostrado Fabio Quartararo sobre la Yamaha, que ha demostrado ser la moto más en forma del campeonato del mundo, pues no en vano en esta segunda cita colocó a tres de sus unidades sobre el podio, las de Fabio Quartararo, Maverick Viñales y Valentino Rossi, y a dos de ellos también en la primera carrera de la temporada, pero la sombra de la incertidumbre se cierne sobre ellas.

Ya en la primera cita de Jerez Maverick Viñales tuvo problemas con uno de sus motores que le obligaron a parar durante los entrenamientos, y peor fue en el caso de Valentino Rossi, pues sus problemas llegaron en carrera y tuvo que arrimar su moto al muro y retirarse, lo que obligó a los ingenieros de Yamaha a tomar una drástica medida y enviar todos sus motores a Japón para investigar a fondo los problemas.

Viñales ya ha perdido uno de los cinco motores con que cuentan todos los pilotos para la temporada, mientras que el italiano Franco Morbidelli, el cuarto de los pilotos de Yamaha, fue el siguiente en sufrir las consecuencias del desconocido problema mecánico, al verse obligado al abandono durante la segunda carrera de Jerez, en la que remontaba para luchar por el podio.

De poco puede servir una excelente campaña de Fabio Quartararo o Maverick Viñales si los problemas mecánicos les obligan a tirar de un sexto motor para acabar la temporada, pues la penalización les supondría un obstáculo casi insalvable que favorecería notablemente la remontada de Marc Márquez.

Y, con seis títulos mundiales de MotoGP en el bolsillo, nadie duda que en cuanto esté recuperado, Marc Márquez atacará al máximo a todos sus rivales y en particular a Fabio Quartararo, para intentar reverdecer los éxitos de la temporada pasada, en la que salvo en el Gran Premio de Austin -caída-, fue capaz de estar todas las carreras restantes en la primera o segunda posición.