"No sé, realmente mi idea es cambiar lo menos posible", contesta Pablo Cancela (A Coruña, 1988), pero si se hacen las cuentas salen diez equipos en su historial. El décimo será el Bassano, al que se incorporará mañana mismo, cuando viajará de vuelta a Italia para iniciar la pretemporada. Hace ya nueve que su aventura comenzó al marcharse al Forte dei Marmi,Forte dei Marmi lo que le posibilitó cumplir su sueño de ser un jugador de hockey sobre patines profesional. "Me siento un afortunado y estoy muy contento con la gente con la que me he encontrado y con la evolución que he tenido", reflexiona.

Ya no es el mismo niño que, cuando se le cerraron las puertas del primer equipo del Liceo se marchó al Vigo Stick. "Seguramente mi carácter ha cambiado mucho. Aunque sigo siendo muy cabezón... seguramente lo soy un poco menos", reconoce. La experiencia de los viajes, de los distintos sitios y gente, han ido moldeando su carácter. "Antes me costaba más relacionarme, ahora al llegar a sitios nuevos tienes que hacerlo sí o sí. ¡Y nunca pensé que iba a aprender italiano!", bromea. "Es una vida que no esperaba, pero estoy cumpliendo mis sueños y espero me que dure mucho tiempo", desea.

Deportivamente, tiene ya una larga trayectoria que comenzó en el colegio Santa María del Mar y que, con 32 años, está lejos de finalizar. En el horizonte siempre está la vuelta a casa. "No sé, he dicho tantas cosas, me he contradecido tanto...", recuerda. Cosas también de la edad. Al Pablo Cancela maduro esa opción le hace brillar los ojos. La sonrisa no se le ve, tapada la boca por la mascarilla. Sería cerrar el círculo y una deuda con un jugador que siempre ha tenido que demostrar fuera de todo lo que es capaz, como ha demostrado a lo largo de su carrera que repasa en este reportaje,

Santa María del Mar. "Está claro que tengo un recuerdo súper bonito", recuerda. "Es donde empecé, me entrenaba mi padre e hice mis primeros amigos que sigo manteniendo ahora", añade.

Dominicos. Fue un cambio obligado porque en Santa María solo tenía un compañero de mi edad y había conocido a gente de Dominicos en un campamento", dice. Allí terminó de formarse, tanto académicamente como en el hockey. "Mis padres acertaron", afirma.

Liceo. Salto al profesionalismo todavía en edad juvenil. "El primer año entrené con el primer equipo y el segundo debuté en la OK Liga, me afiancé jugando muchos minutos, incluso era el primer cambio", explica. Pero llegó un momento en el que no le confirmaron sitio con los mayores y él consideró que tenía capacidad para jugar en un equipo sénior. Y se marchó.

Vigo Stick. "Fue una experiencia muy enriquecedora porque empecé a conocer a gente de fuera que en los momentos malos nos teníamos que apoyar unos a otros", explica de estos dos años de los cual, solo cobró uno.

Cerceda. Le ilusionó un proyecto que significaba volver a casa. "Fue el primer año que jugué en la OK Liga y marqué muchos goles", reconoce, pero cree que tuvieron "mala suerte". El equipo descendió y buscó una salida.

Alcoy. "El peor año", admite, "porque fue una realidad un poco diferente, la gente no solo competía en la pista". No cumplió los dos años de contrato y se marchó perdiendo dinero a Italia.

Forte dei Marmi. El inicio de una "aventura" y una "apuesta personal". Se fue a un equipo que era décimo y terminó ganando títulos y con el debut en la selección española absoluta. "El objetivo era ir allí para demostrar todo lo que tenía dentro y lo conseguí". Y le sirvió de trampolín para dar un paso más.

Oliveirense. Llegó a "un club grande" y no dispuso de todos los minutos que le gustaría. Pero sí alcanzó retos importantes. "Jugamos la final de la Copa de Europa, ganamos la Copa de Portugal, gané y marqué aquí en el Palacio". Grandes objetivos individuales pero en cuanto colectivos se quedaron a medias.

Follonica. "Volví a dar un paso atrás deportivamente, apostar por demostrar y jugar muchos minutos. Y me volvió a salir bien", valora porque se le abrieron nuevas puertas.

Bassano. Dice que estaba muy bien donde estaba, con buenas compañeros y gran entrenador, pero el Bassano le ofrecía la posibilidad "desde el primer momento de conseguir objetivos ambiciosos y fue eso, la ambición de no tener que esperar", analiza sobre su cambio para la próxima temporada, una aventura que iniciará mañana.