La NBA de baloncesto y el Masters 1.000 de Cincinatti de tenis, junto con otras competiciones profesionales de Estados Unidos, han paralizado su actividad para protestar contra un nuevo caso de racismo, el tiroteo sufrido por Jacob Blake en Kenosha (Wisconsin) a manos de la policía que ha reactivado el movimiento Black Lives Matter.

En ambas competiciones, fue la propia iniciativa de los jugadores la que obligó a detener la actividad, y al boicot también se unieron la WNBA y la MLB de béisbol. En el caso de la NBA, que está disputando sus play-offs íntegramente en Florida, Los Milwaukee Bucks, uno de los grandes favoritos al título, se negaron a salir a la cancha para disputar su encuentro ante Orlando Magic.

"En los últimos días, en nuestra casa, Wisconsin, hemos visto el horrendo video de Jacob Blake siendo disparado siete veces por un oficial de policía en Kenosha y los tiroteos adicionales a los manifestantes. A pesar de las peticiones abrumadoras de cambio, no ha habido acción, así que nuestro enfoque no puede estar en el baloncesto", explicó la plantilla en un comunicado leído por su capitán George Hill.

Los Bucks pidieron "justicia para Jacob Blake y que los policías rindan cuentas. Para que esto suceda es imperativo que la Legislatura del Estado de Wisconsin se vuelva a reunir después de meses de no tomar acciones y tome medidas significativas para abordar los problemas de responsabilidad policial, brutalidad y una reforma de justicia penal. Le pedimos a todos nuestros ciudadanos que se eduquen, tomen acciones pacíficas y responsables y para recordarles que voten el 3 de noviembre", subrayaron los jugadores de cara a las próximas elecciones presidenciales.

La NBA y la Asociación de Jugadores apoyaron la postura de los Bucks y la competición también aplazó los encuentros Houston Rockets-Oklahoma City Thunder y Los Angeles Lakers-Portland Trail Blazers, que serán reprogramados.

En cuanto al Masters 1.000 de Cincinnati, que se está disputado en Nueva York debido a la pandemia, fue Naomi Osaka quien primero levantó la voz anunciando su renuncia a disputar las semifinales, para las que había sacado billete.

"Antes que deportista soy una mujer negra. Y como mujer negra, siento que hay asuntos mucho más importantes que necesitan atención inmediata, en lugar de verme jugar tenis. No espero que suceda nada drástico si no juego, pero si puedo iniciar una debate en un deporte mayoritariamente blanco, considero que es un paso en la dirección correcta. Ver el genocidio continuo de los negros a manos de la policía honestamente me está dando dolores de estómago", lamentó la exnúmero uno mundial.

En respuesta a la reclamación de Osaka, la ATP y la WTA anunciaron la suspensión de la jornada en Cincinnati. "Como deporte, el tenis está adoptando colectivamente una postura contra la desigualdad racial y la injusticia social que, una vez más, ha pasado a primer plano en los Estados Unidos. La USTA, el ATP Tour y la WTA han decidido reconocer este momento en el tiempo pausando el juego en el Western & Southern Open el jueves 27 de agosto. El torneo se reanudará el viernes 28 de agosto", anunciaron los organizadores en un comunicado.

La situación derivó en las últimas horas a la discusión de si la NBA debía seguir adelante con los play-off que se vienen disputando en la burbuja de Orlando. Varias voces ayer pidieron la cancelación definitiva del campeonato. Pero a última hora de ayer los jugadores decidieron poner fin al boicot a la liga profesional y continuar con las eliminatorias por el título.

Se espera que la competencia se reanude el viernes, de cara a cumplir con los compromisos adquiridos con las cadenas de televisión, que no pagarán los derechos si la temporada se suspende.

Una suspensión de la temporada tendría gravísimas repercusiones económicas dentro de la NBA, que se ha gastado 150 millones de dólares para montar la burbuja de Orlando, y tampoco recibiría los ingresos de los derechos de televisión, los únicos que van a tener al no haber espectadores en los partidos.