LaLiga le instaló al Barcelona un potente pararrayos para disuadir a cualquier club que pretenda rondar a Leo Messi. Con un comunicado lleno de intención, la patronal que preside Javier Tebas aseguró que no tramitará la baja federativa si antes el jugador argentino no abona los 700 millones de euros de la cláusula de rescisión.

LaLiga habló antes que el Barça. E incluso que Messi. Y lo hizo después de analizar el contrato que estaba siendo sometido a interpretaciones distintas y confusas en función de los intereses. La nota es un aval para Josep Maria Bartomeu, que consigue delimitar el contorno del choque soterrado con el futbolista argentino sin abrir oficialmente la boca.

Un par de horas antes, la estrella con deseos de fuga siguió el plan trazado con sus asesores y se saltó la primera cita del Barcelona de Ronald Koeman. No era más que una prueba de PCR, pero con su ausencia visibilizó su voluntad de reconstruir su vida y su proyecto deportivo en otra ciudad, en otro campeonato, bajo distintos dirigentes.

Hoy debería comparecer al primer entrenamiento y, si nada cambia de forma radical en las últimas horas, tampoco se le verá corretear por el centro de entrenamiento de Sant Joan Despí. Con lo cual, el conflicto entrará en una nueva fase cuyo grado de escalada resulta impredecible si el diálogo sordo que mantienen por ahora Bartomeu y Jorge Messi, padre del futbolista, no cambia de tono y, sobre todo, una de las dos partes entiende que no va a salirse con la suya.

Esta semana está previsto que aterrice en Barcelona el padre a la par que representante. Y se verá con Bartomeu. Del teléfono al cara a cara. Pinta a reunión crucial, se espera que el miércoles. Quizá incluso antes.

De momento, el presidente y la estrella argentinadejan que otros hablen por ellos. No son prisioneros aún de sus palabras. Pero tarde o temprano ese silencio va a ser roto. Y en las circunstancias actuales, tal como están las cosas, cabe temer lo peor.

Ahora el FC Barcelona debe decidir si abre un expediente a Messi y le suspende de sueldo, como hizo con Arthur cuando el centrocampista se negó a regresar de Brasil. Bartomeu parece haberse pintado la cara para la guerra, dispuesto por primera vez a enfrentarse a la estrella, así que no sería descartable que ese fuera su siguiente paso. Sin embargo, Messi no se considera ya vinculado legalmente al club, de modo que cualquier sanción no debería afectarle. El galimatías es considerable.

Ayer Bartomeu contó con el oportuno apoyo de LaLiga, que lanzó una advertencia a Messi que cabe entender como una red de protección alrededor del Barça, pero también de su propio negocio. Ha perdido en los últimos años a dos iconos del fútbol mundial como Neymar y Cristiano Ronaldo. Quedarse sin el rey de todos los iconos resulta indigerible para javier Tebas en su idea de vender y revender al mejor postor los derechos de la Liga en el extranjero. Curiso, Tebas, tantas veces enemigo, ahora aliado.

"El contrato se encuentra actualmente vigente y cuenta con una cláusula de rescisión aplicable en el supuesto de que Lionel Andrés Messi decidiera instar la extinción unilateral anticipada", decía la nota. "La Liga -añadía-no efectuará el trámite de visado previo de la baja federativa al jugador si no ha abonado el importe de dicha cláusula". Un lenguaje destinado a ahuyentar a Manchester City, Paris Saint Germain o Inter de Milán, que ya saben que el sueño de fichar a Lionel Messi no estará exento de pesadillas.

Y si el futuro del argentino se va embarrando, no se aclara por ahora tampoco el proyecto de Ronald Koeman. El holandés dirigirá hoy su primer entrenamiento con un montón de jugadores que no quiere (Suárez, Arturo Vidal, Rakitic y Umtiti) y, en cambio, el que más desea, aquel sobre el que busca construir la reconstrucción, ni lo ha visto por la ciudad deportiva. Sin noticias tampoco de ningún fichaje de los suyos. Más incertidumbre, imposible para empezar.

El delantero uruguayo llegó ayer a las instalaciones del club azulgrana serio como un guardia fronterizo sin su compadre argentino, a menudo en el asiento de acompañante. Se hizo las pertinentes pruebas y se fue. Ni tiempo le dio de ver al entrenador que le despachó con una llamada telefónica de un minuto.

Koeman estrenó su despacho con una reunión con sus ayudantes: Alfred Schreuder, segundo entrenador; Henrik Larsson, el exdelantero que asumirá el rol de tercero, y Albert Roca, el nuevo preparador físico, que vuelve después de trabajar en la época de Frank Rijkaard. En cuanto departieron, debieron coincidir en que no han firmado por un club normal.