Entre las temporadas ligueras de la pandemia de coronavirus, el mercado de fichajes en el fútbol que cerró ayer en España y buena parte de Europa ha sido tibio y austero, acorde con los tiempos, pero también desigual. LaLiga ha sido la gran competición europea que más reducción ha tenido en su gasto, con decepción tras decepción casi en cada club que intentó fichar y, al día siguiente del cierre, con más explicaciones filtradas que presentaciones por todo lo alto.

El gasto en fichajes de la Premier League este mercado de verano, aunque se ha cerrado en octubre, ha sido prácticamente el doble que la siguiente competición continental, la Serie A. El músculo financiero que han acumulado los equipos ingleses les ha permitido comprar mucho y barato, ante las mayores carencias del resto, también de LaLiga española, que ha pasado al vagón de los que venden más de lo que compran.

La Premier ha gastado 400 millones de euros menos que en la última ventana estival de fichajes, una cifra significativa pero no dramática como los más de 1.000 millones de euros menos que se han invertido este año en La Liga.

El modelo español, que se había acercado en los últimos años a las cifras de gasto inglesas a base de una economía agresiva y expansionista, ha protagonizado una reducción histórica de sus números.

El mercado nacional se ha constreñido a la espera de que pase la tormenta y los clubs de La Liga han transferido poco más de 400 millones de euros, la cuarta liga de Europa, a casi 1.000 millones de distancia de la Premier League.