El Maristas empieza el sábado, una semana más tarde de lo esperado, la temporada "de la espina clavada". Hace dos años las coruñesas ya habían logrado el ascenso a Liga Femenina 2, pero después de haber luchado hasta el final no pudieron mantener la categoría. "Circunstancias externas como las lesiones y jugadoras que se tuvieron que marchar nos dificultaron el competir día a día", señala Jorge Carreira, que por segundo año consecutivo liderará el proyecto. Según el entrenador, el equipo necesita un cambio de chip por el salto de categoría. Ahora hay que estar preparados para sufrir para luchar por ese objetivo tan deseado, el de la permanencia, para demostrar, también a sí mismas, que son un equipo de la elite.

"El año pasado llegábamos al fin de semana, apretábamos un poco y ganábamos", recuerda el técnico coruñés. Ahora ya no va a ser así. "Tendremos que estar cuarenta minutos trabajando y compitiendo para ver si llegamos con posibilidades de ganar al final del partido", añade. El Maristas está en esa difícil transición entre categorías. En Primera era muy superior al resto. En Liga Femenina 2 está un peldaño por debajo de la mayoría. "Por experiencia y por presupuesto partimos de abajo", reconoce. Por eso señala a los también recién ascendidos, el Rosalía santiagués y el Miralvalle de Plasencia extremeño, como los rivales a tener en cuenta a la hora de pensar en la permanencia.

La liga, de hecho, está un poco dividida, con cuatro equipos, según su opinión, muy por encima del resto como son el Baxi Ferrol, el Celta Zorka Recalvi, el Grupo Ibaizabal y el Osés Construcción Ardoi. "Después hay una zona intermedia que dependerá de cómo se hayan reforzado y cómo estén, pero que llevan muchos años en la categoría y tienen mucha experiencia", continúa analizando hasta poner al final de todo a esos recién ascendidos. Hasta el momento, en la Copa Galicia, el Maristas ya se ha podido medir con dos de ellos. Contra el Baxi Ferrol, derrota clara, que entraba dentro de la lógica. Y frente al Rosalía perdió por solo un punto. "Y estábamos cansadas porque habíamos jugado el día anterior contra Ferrol y estábamos solo siete jugadoras. Sacaron el orgullo y se notó esa garra. Al final perdimos de uno por una falta personal en el último segundo. Pero las conclusiones fueron buenas", dice.

El estreno será en casa contra uno de esos equipos de la zona intermedia, un Arxil pontevedrés cuyo mayor peligro es su experiencia y sus centímetros. "Llevan muchos años con la misma entrenadora y con las mismas jugadoras", asegura, "y son muy grandes". He aquí uno de los factores diferenciales de la categoría. "Se necesitan centímetros... y nosotros tenemos de todo menos centímetros", lamenta. Fue su principal problema en su anterior etapa en Liga 2, cuando además se quedó sin pívots por las lesiones. Ahora, para empezar, no podrá contar con Laura Hughes, su referencia interior, atrapada en Estados Unidos, su país natal. "Tiene todos los papeles en regla para venir, pero no se están dando prisa en dar el visto bueno. Según le dijeron, debería llegar como máximo a finales de la semana que viene", apunta el entrenador.

Ya la conoce porque estuvo en el equipo el año pasado. El bloque se mantiene con ocho jugadoras, prácticamente todas salvo Blanca Manivesa, ahora en el Rosalía. A ellas se les suma la aportación de Joanna Ferreira, una base portuguesa "que está cumpliendo muy por encima de las expectativas", y Elena Pedrosa, que se trasladó a la ciudad y finalmente se integró en el equipo, adaptándose a la perfección a la idea de juego del club. "Si las demás son muy grandes, nosotros intentaremos correr mucho, hacer los partidos muy físicos y de competir. Es el mismo estilo del año pasado, pero dándole una vuelta de tuerca", comenta el técnico, que no descarta la llegada en las próximas horas de un tercer refuerzo.

Las jugadoras han hecho una pretemporada con mucha carga física con la idea de estar a la altura, pero también para prevenir esas lesiones que les lastraron hace dos años. Y con una semana más de entrenamiento de lo esperado ya que tenían que haber debutado el fin de semana pasado en Santiago contra el Rosalía pero la jornada fue aplazada porque a los clubes no les llegaron los test enviados por la Federación Española y que tienen que pasar los equipos 72 horas antes de cada partido.