El Liceo llevaba ocho meses esperando a este momento, el de verse frente a frente, cara a cara, con el Barcelona sobre una pista de hockey sobre patines (Palau Blaugrana, 19.00 horas). El coronavirus robó la Copa del Rey de A Coruña, esa en la que como anfitrión aspiraba a acabar con la tediosa hegemonía culé. Después fue la Federación, apoyada en una decisión de los clubes -que no contó con el respaldo de los verdiblancos- la que le dejó sin un play off en el que posiblemente volvería a cruzarse con los azulgrana, que se llevaron el título sin jugar. Nadie discute que no se lo merecieran tras una temporada regular en la que solo perdieron el partido inicial, precisamente en A Coruña, y después encadenaron ¡24!, sí, 24 victorias consecutivas. Pero al equipo coruñés le quitaron la opción de, por lo menos, jugar por ser campeón. El hambre del Liceo no ha dejado de crecer desde entonces. Y aquí estamos, ocho meses después de aquel final abrupto en el momento más caliente, ante un partido crucial para el devenir de la competición regular ya en la tercera jornada de la OK Liga.

Los contendientes han cambiado y el partido ya no se jugará con las mismas cartas. Y aunque pudiera parecer imposible, el Barça está todavía más reforzado que el año pasado. Si ya tenía dos súper porteros y ocho jugadores, este curso mantiene al bloque al completo y le añade una pieza más, la joven perla de la cantera Sergi Llorca, que ya demostró con el Noia toda su calidad y que está preparado para brillar en una plaza mayor, como antes hicieron Ignacio Alabart y Nil Roca. Eso implica que Edu Castro se puede permitir el lujo de descartar a una estrella para cada partido. Un plantel sin fisuras y con un juego todavía más evolucionado. Como el del año pasado, pero mejorado. Más rápido, más acción, más potencial. Y sin parar a respirar. Pero también el Liceo se ha reforzado. No estarán Bruno di Benedetto, Facu Bridge y Fabri Ciocale. Pierde, por tanto, en número y hoy serán uno menos en la rotación, pero gana calidad. El fichaje de Jordi Adroher, además de lo evidente por la clase de jugador que es, aporta ese plus de experiencia y saber estar para disputar este tipo de partidos. La vuelta de César Carballeira, en cambio, ofrece el pulmón y el músculo para aguantar el ritmo que hoy va a imponer el Barça durante los 50 minutos.

Pau Bargalló, el líder

La batuta del equipo culé la dirige Pau Bargalló. Los dos partidos que perdieron los azulgrana la temporada pasada, la final de la Supercopa contra el Reus y la jornada inicial de la OK Liga en el Palacio de los Deportes de Riazor, coincidieron con la ausencia por lesión del exverdiblanco. Con el hermano menor de la saga -ya solo en edad- los suyos ya no volvieron a perder. Marca, defiende, ordena y asiste, siendo el último pase es una de sus especialidades. Y sus compañeros se ponen las botas. Pablo Álvarez el año pasado. Esta, de momento, aparece al frente de la artillería el portugués João Rodrigues, con seis tantos (por cinco del argentino). Pero cualquiera de los nueve jugadores de pista son peligrosos.

Roberto di Benedetto también aparece destacado con seis goles, en su caso, marcados todos la semana pasada. Y es que la estadística, después de solo dos jornadas, está muy igualada entre Barcelona y Liceo, con una ligera ventaja para los coruñeses -ahora el líder es el Reus, que ganó el sábado por 6-1 al Calafell-, que llegan al duelo por delante por el mejor golaveraje. Los dos ganaron sus partidos. Los de Juan Copa por 0-4 en Igualada y por 15-1 al Taradell (+18). Los catalanes por 7-0 contra el Palafrugell y por 2-10 frente al Lloret (+15). Ahora toca hablar sobre la pista, la del Palau Blaugrana, y saldar todas las deudas.