Enmanuel Reyes coge carrerilla en su meteórico camino hacia los Juegos Olímpicos de Tokio. La victoria del boxeador hispano cubano, afincado en A Coruña, en el prestigioso torneo de Boxam, disputado el viernes y el sábado en Castellón, confirma las pretensiones del pupilo de Chano Planos, que es un firme candidato a estar el próximo verano en la cita nipona.

Reyes, que compite en la categoría de pesados (más de 91 kilos), tuvo su combate más complicado en semifinales, ante el representante de Estados Unidos. Una vez superado, en la final le esperaba el boxeador de Italia, que le puso en menos problemas. Dos victorias importantes para el cubano nacionalizado español, sobre todo después del parón provocado por la pandemia del coronavirus. Recuperar las sensaciones perdidas y volver a subirse a un ring fueron otros de los triunfos para el deportista.

El púgil había disputado su último combate en marzo, cuando tomó parte en el Preolímpico de Londres con la selección española. Allí ganó, pero luego todo, la vida, el deporte, tuvo que parar. Segundo obstáculo en su viaje particular. Subcampeón de Cuba, huyó de su país y no fue nada fácil llegar a A Coruña, donde recuperó la sonrisa en el equipo PlanasBox, dirigido por los hermanos Chano y Manuel Planas. Pasó por diferentes países, estuvo en campos de refugiados e incluso acabó en prisión. Un recorrido del que no se olvida para forjar su carácter de campeón.