Dejó el Dépor hace siete años, regresó a casa y ha vivido varias etapas en la formación de la cantera amarilla. ¿Por qué vuelve ahora?

Quizás ha llegado ese momento, que también me tocó vivir como jugador, en el que se te presenta una oportunidad de salir de casa, de mostrarte como entrenador. He estado formándome mucho en estos últimos años en el fútbol base de Canarias y a veces es difícil encontrar una oportunidad porque, como tampoco tienes experiencia, pues no es sencillo encontrar ese momento, ese hueco. Se dio ahora, además, en su sitio que conozco, que es como mi casa y en un equipo filial de un club de la importancia del Deportivo. Creo que es un puesto que requiere una responsabilidad y ya me veía preparado para cogerla. También es bastante importante para mí sentir que confían en mí como profesional para llevar adelante las ideas del Deportivo.

¿Le dio tiempo a percibir si hay talento o no en la cantera?

Es algo complejo y muy relativo. Estoy ya al día y hemos hecho una buena pretemporada, una buena clasificación y la plantilla está perfilada. Pero no llevo el tiempo suficiente para hacer un análisis de cómo veo el fútbol base. Eso sí, estoy trabajando a gusto y muy contento con toda la gente que lo lleva, con Albert Gil, con Fran. Desde el primer día hay muy buena sintonía y me encuentro con ganas de hacer un buen trabajo.

¿Empiezan sus jugadores a dejar de ver al ídolo de Riazor y a tratar ya con el entrenador?

No pienso mucho en eso. Desde el primer día intenté hacer las cosas con normalidad y naturalidad y siempre necesitamos todos un poco de tiempo para conocernos, pero ya lo estamos haciendo.

¿Formar o ascender? ¿Debe el Fabril debe aspirar a lo máximo?

Un poco de todo. Somos parte de un engranaje y de un proyecto de un club en el que acompañamos a los jugadores en esa última etapa de formación para llegar a profesionales. Y al jugador hay que prepararlo para eso y lo mejor es tratarlo como a un profesional y con la exigencia que hay que tener, y para eso hay que estar lo más arriba posible. También es cierto que debemos saber que es una etapa en la que los errores los vivimos junto a ellos. Son chavales que van a mostrarse y que están labrándose un futuro. Hay que dejarles jugar y equivocarse.

Ha probado varios sistemas, incluso ha alineado al equipo con un 4-3-3. ¿Se ve con ese dibujo?

He ido encontrando mi estilo. Hasta que pasa un tiempo en el que dejas de jugar y te preparas no lo encuentras. Los sistemas no son cerrados, hay que buscar el dibujo en el que se encuentren cómodos y en el que tengamos consistencia. Si lo cambias, varían los espacios que ocupas y algunas cosas, pero no la idea. Pruebo lo que mejor se adapta a lo que tenemos.

Adri Castro y Sanmartín andará en uno y otro equipo. ¿Cómo cree que lo llevarán psicológicamente?

Lo van a tener que llevar como deben. He vivido esa situación y deben entenderla como parte del proceso y, como no la entiendan, van a tener más problemas. Cuando bajen vendrán con todo para ayudar y para seguir abriéndose paso arriba.