Cogió en enero el banquillo del Bergantiños con mono de fútbol y en dos meses tocó confinarse. ¿Cómo lo llevó todo?

Nos cortaron en un muy buen momento del equipo porque llevábamos cuatro de los últimos cinco partidos sin perder; estábamos en buena línea. Me queda la espina de saber a dónde habríamos llegado. Probablemente no al play off de ascenso, pero si me queda la espina de no haberlo sacado más arriba porque fueron solo ocho partidos.

Llegó a mitad de temporada, pero este verano ya participó en la planificación. ¿Es un equipo más de su gusto, de sus necesidades?

Antes también era un buen equipo, pero sí que es cierto que era de otro corte; tampoco hay que esconderlo. Y ahora es un grupo hecho a mí gusto, es diferente. Tiene cualidades que antes no tenía y carencias que antes no había. El equipo perfecto no existe en ninguna categoría. Pero sí fue fácil amoldarme a la plantilla que cogí en enero. Me adapté yo más a ellos que ellos a mí, aunque es cierto que cambiamos bastantes cosas. Ahora es al revés. Todo el mundo se amolda a la idea que proponemos desde el cuerpo técnico y están elegidos los futbolistas para eso.

Planteará un equipo de ataque y posesión, como siempre, ¿no?

Sí, va por esa línea. Un equipo propósito, de muy buen pie, aunque de un perfil más agresivo a nivel defensivo para presionar más arriba, para ser agresivo cuando perdemos el balón. Por ahí estamos trabajando y las primeras impresiones están siendo buenas. Y, en ataque, vamos a ser un conjunto de futbolistas de uno contra uno, rápidos, de buen pie.

El Bergantiños se vio la temporada pasada en la zona baja de la tabla, pero llevaba años en la alta. ¿Vuelven a mirar para arriba?

Sí, la idea del club es que este equipo se meta en Segunda B. No podemos esconder que queremos, que tenemos plantilla para estar ahí. Siempre digo que no hay que renegar de ser favorito y a la vez ser humilde para considerarte favorito. Las dos cosas son importantes.

Será una temporada de exigencia para los entrenadores. ¿Está preparado para ser técnico, psicólogo y hasta médico en plena pandemia?

Cierto. Hay que manejar muchas cosas que a lo mejor antes no manejabas. Ahora hasta estás pendiente de la salud de los jugadores o de su entorno. Es un mundo totalmente diferente al que conocíamos.

¿Cómo se controla la salud de un grupo de trabajo en una Tercera en la que muchos jugadores tienen incluso ocupaciones fuera?

En este equipo hay algunos, no muchos. Es cierto que en la categoría en la que estamos hay equipos en los que prácticamente son todos. Nosotros hacemos lo que nos dice el club, lo que nos mandan, pero luego todos tenemos una vida, unos trabajos y unas relaciones. Hay estudiantes, trabajadores... Es muy difícil controlar todo esto.

¿Le inquieta el sistema de competición en un año tan especial?

Piensas en si la temporada va a ser normal, en si va a haber parones, que todos creemos que sí. Piensas en cómo te van a pillar, en cómo vas a estar si vuelves. Hay mucha incertidumbre. Pienso que debemos empezar lo mejor posible y estar arriba lo antes posible porque es una liga corta, no sabemos cómo nos afectará todo. Vamos a intentar empezar al cien por cien, a tope, aunque no será fácil después de un parón largo.