¿Cómo se tutela en pandemia a un grupo que tiene otra vida fuera, incluso laboral?

Tenemos un control, unos grupos estables de entrenamiento... Pero, una vez que salen de allí, apelamos a su responsabilidad individual. Más allá de que se contagien ellos y sus familiares, el equipo será también un damnificado. No se trata de que no vayas a tomar un café, pero tampoco que intercambies fluidos con toda la discoteca. Hay un término medio. Yo tengo un jugador con unos padres en una situación delicada, hay otro con su mujer recién salida de un cáncer. Son los ejemplos que les hemos puesto al grupo de 'oye, que no solo os fastidiáis a vosotros'.

El covid les ofrece una vida extra en Tercera. ¿Cómo la afrontan?

Es innegable que, de no haber surgido la pandemia, estábamos descendidos. Nos han dado una nueva oportunidad y vamos a defenderla intentando ser el equipo competitivo de la primera temporada, no uno que iba de derrota en derrota, como el año pasado. Para el Paiosaco es un sueño y hay que vivirlo al máximo.

¿Por qué revolucionó el equipo?

Le dimos una vuelta, cierto, porque ya mi experiencia tras ascenso con otros grupos me decía que el segundo año es el más peligroso. Ya te confías, ya crees que eres de Tercera... Nos pasó eso el año pasado, junto a un comienzo muy malo. Tontos seríamos si no le damos una vuelta, aunque tampoco es cuestión de culpar a los que se fueron. Todo el cuerpo técnico, cuando hablamos, coincidimos en que hay otro ambiente, que se respiran otras ganas. Fichamos a gente joven que busca demostrar, tampoco quiere decir que los del año pasado no pelearan o corrieran. Pero si un año te va mal, algo tendrás que cambiar. Asumimos un riesgo al rejuvenecer, estamos contentos.

¿Cambiará el estilo de juego?

No, aunque vamos a intentar modificar un poco la forma de jugar. Este año sí podemos hacer algo en ataque, una fase que nos costaba. Tampoco vamos a convertirnos en el Barça de la categoría, pero si parece que vamos a poder atacar. No vamos a ser un equipo tan reactivo, aunque tampoco renunciamos a esas señas de identidad. En algún momento podemos ser más proactivos y ofrecer con balón cuando el equipo contrario nos los deje. Y, además, este año es muy importante ganar. El empate está bien, pero, en una liga tan corta, las victorias son básicas. Para ganar hay que hacer algo más con la pelota, algo más que esperar a que el rival se equivoque.

¿Le preocupa caer a la fase de descenso?

¿Y a quién no? El objetivo es quedar de sextos y si lo logramos, ese día hacemos la cena de final de temporada. Se acabó ahí. ¿Qué más nos da? Es una forma de hablar. Pelearíamos, pero ya habríamos cumplido. Lo lógico es que vayamos al grupo del descenso; es una locura. Yo le llamo el grupo de la Guardia Civil . No habrá ni un partido tranquilo, de Guardia Civil en todos los campos.