Gracias a un inmenso partido, con un plan tan bien diseñado como ejecutado, el Cádiz consiguió con justicia una victoria histórica en su año de vuelta a Primera (que le coloca en un coliderato multitudinario) frente a un Madrid alternativo que naufragó estrepitosamente y, después de cuatro cambios de Zidane al descanso, no generó el volumen de ocasiones que necesita para marcar.

Los gaditanos fueron claramente superiores en la primera parte, lo más recurrente fueron las pérdidas del Madrid y los pases verticales del Cádiz hasta llegar con peligro al área de Courtois. Sucedió una y otra vez. Luego, los de Cervera se defendieron con solvencia, lo suficiente como para frustrar los ataques a la desesperada del Madrid. "Ellos han tenido más ganas. Hoy nos han faltado muchas cosas. No tenemos excusa, ha sido un mal partido", reconoció el técnico blanco.

Se preveían rotaciones antes de empezar la Champions, y las hubo. Zidane no alineó a Casemiro y Valverde, tras su viaje transoceánico, y dispuso tres centrocampistas con tanto dominio del balón como ausencia de intensidad defensiva. Cumplieron con creces las previsiones en la retaguardia, pero la improvisación ofensiva no fue exitosa.

El Cádiz salió con dos delanteros y una importante dosis de autoestima y descaro, que le permitió disponer de numerosas ocasiones.