Gane quien gane siempre gana un esloveno. Y el vencedor en Italia no fue precisamente Primoz Roglic, que ya lidera la Vuelta, sino un ciclista más modesto, Jan Tratnik, en un día de tregua, en una jornada larga, de 225 kilómetros, donde las figuras de la carrera, los que se van a jugar la victoria final, decidieron tomarse una tregua. ¿Y por qué? Pues porque hoy llega una cita cargada de historia en el Giro y también en el ciclismo mundial. Toca el turno de Madonna di Campiglio, sabor alpino para una ronda italiana, que sigue liderando con apuros pero hasta demarrando en meta, el joven portugués João Almeida.

Despertó el Giro con la noticia de que el velocista colombiano Fernando Gaviria se había convertido en el primer deportista profesional de alto nivel que se reinfectaba con el dichoso covid. Pero, a la vez, con la tranquilidad de saber que, a partir de ahora, la carretera hacia Milán estaba libre del obstáculo de suspensión, al margen de que la nieve, enturbie de una manera u otra, las ascensiones previstas para esta semana.

El Giro, al menos sus figuras, rodaron con el hacha enterrada mientras se formaba una fuga que cogía minutos y donde estaba Tratnik. Al final, Almeida demarró en el último kilómetro para demostrar que manda, tomar dos segundos más a Wilco Kelderman (ahora está a 17) y dejar claro que no entregará fácil el liderato en Madonna di Campiglio, donde Marco Pantani fue expulsado por su sangre del Giro 1999 que dominaba.