La LEB Oro vuelve al Palacio de los Deportes de Riazor casi 250 días después del último partido, un derbi que el Leyma Coruña le ganó al Marín por 68-60 antes de que la tormenta llamada coronavirus mandara a la nevera todas las competiciones. Se intenta ahora empezar otra, que arranca a lo grande con la visita del vigente campeón Valladolid (17.00 horas)y que para el club naranja presenta una dicotomía existencial entre todas las dificultades existentes y la ilusión. Por un lado, es el curso más difícil, no solo por toda la incertidumbre que representa la pandemia, con planificación semana a semana y dudas hasta el último instante de si los partidos se podrán disputar, como hace siete días, cuando los coruñeses se enteraron el jueves de que el viernes se perdían el estreno contra el Burgos por un positivo del rival; sino también por el formato de competición elegido, dividido en dos grupos, prácticamente sin margen de error y con único ascenso como premio. Pero por otra parte, es una de las temporadas más ilusionantes para un equipo diseñado a la perfección, que gana en competitividad, mejora en experiencia y es una versión evolucionada del proyecto que Sergio García ya hizo triunfar el año pasado con la tercera posición. El Leyma aparece en todas las quinielas de favoritos, aunque ha sufrido el contratiempo importante y de última hora con la baja indefinida de Perris Blackwell, uno de los pilares del juego, sustituido a contrarreloj por el alemán Justin Raffington.

"Recibimos el estreno con mucha ilusión", confirmó ayer el técnico vasco. "Son muchos meses sin poder competir de forma oficial. Sí que hicimos amistosos y la Copa Galicia, que nos clasificamos para la final. Pero esto es diferente", añade. Todo el grupo estaba esperando este estreno, prorrogado una semana por el aplazamiento de la anterior. "No pudimos jugar, así que con mucha ilusión de afrontar este partido en nuestra casa contra el campeón, con todo lo que eso supone", recalcó el entrenador naranja. Porque el estreno es de altura. Llega a A Coruña un Valladolid al que pese a acabar la liga en primera posición, no le dejaron ascender a la ACB. "Es un equipo que ya tiene grabado a fuego cómo ganar, lo demostró el año pasado", analiza García, que además cree que también "ha mejorado bastante la plantilla" por lo que habla de "un reto importante".

Uno de los principales peligros estará en la pintura, donde precisamente el Leyma se está reconstruyendo a marchas forzadas por la ausencia de Blackwell. El aplazamiento del partido de la semana pasada, en cierto modo, ha dado más tiempo al recién llegado Raffington a acumular entrenamientos, afianzar conceptos e integrarse en el grupo. "Estamos preparados", resume Sergio García. "Hemos hecho unas buenas semanas de entrenamientos, hemos sido capaces de involucrar a Raffington de una manera bastante rápida sobre todo sabiendo que es un partido que el juego en la pintura es muy importante, porque ellos con De la Fuente, Nacho Martín, Van Zegeren y Smiths nos van a exigir mucho", continúa y apunta también a los "focos de anotación" exterior con Timmers y Greg Gantt. "Nos va a exigir están muy centrados en el plano defensivo. Y ofensivamente espero que mis jugadores se suelten pronto. Me hubiera gustado haber jugado la semana pasada, habernos soltado ya el otro día. Pero estoy confiado en que seamos capaces de entrar lo antes posible en el partido y tener opciones de victoria", concluye.

La plantilla naranja, que recibió ayer la visita de Mónica Martínez y Alfonso Hermida, concejal y jefe del servicio de Deportes, mantiene del año pasado a los bases Gaizka Maiza y Augustas Peciukevicius, que llegó ya iniciado el curso y se convirtió en el timón del equipo; y al pívot Abdou Thiam, al que una lesión muscular no le permitió jugar durante la pretemporada. A ellos se le sumaron dos esperados regresos, el del dominicano Dago Peña y sobre todo, el de Zach Monaghan, uno de los jugadores que más conectó con la grada por su estilo explosivo. Entre las incorporaciones está el músculo de Romaric Belemene, Mouha Barro -que ya se conocían de su etapa en Oviedo- y Taiwo Badmus; la cabeza de Rolandas Jakstas, la competitividad de Osvaldas Matulionis y la experiencia de Javi Vega. El último en llegar ha sido el pívot Justin Raffington. Un equipo muy compensado que intentará hacerse fuerte desde la defensa pero sin renunciar al espectáculo ofensivo.