El Viaxes Amarelle rozó el empate ayer contra el Esplugues en su debut en el regreso a Primera División, pero finalmente un solitario gol de falta directa de Belén Entrena en la primera parte decidió el duelo. Igual que en pretemporada, cuando las naranjas se lo pusieron muy difícil tanto a Poio como a Burela, a las coruñesas se les escapó un resultado más positivo, pero demostraron que van por el buen camino. Inicio, por tanto, esperanzador pese al sabor amargo de la derrota.

El partido arrancó con un Esplugues volcado en ataque y con una primera ocasión de gol con un disparo entre los tres palos que repelió Leti Rojo. Los dos equipos apostaron por una presión alta de juego y buscaron robar el balón y generar ocasiones de peligro. La gran actuación de Leti Rojo bajo palos y el rápido repliegue de las locales, ahogaban una y otra vez las oportunidades de las catalanas. A falta de tres minutos para el descanso, una falta directa, ejecutada por Belén Entrena, supuso el 0-1. Las ocasiones del Amarelle, en cambio, eran menos claras, con más dificultades en la finalización de las jugadas y con el último pase.

En la reanudación, el conjunto dirigido por Jorge Basanta salió con más posesión y generó más peligro sobre la portería rival, incluso con ocasiones muy claras en los últimos 5 metros, pero el gol se resistió. La presión alta de las locales empezaba a generar cada vez más problemas al Esplugues, que no obstante reaccionaba con contras muy rápidas. Leti Rojo estuvo muy atenta y mantuvo al Amarelle hasta el final. Pero los minutos corrían y las locales no eran capaces de igualar la contienda. Cuando quedaban solo tres minutos, el técnico optó por jugársela con el juego de cinco y salvar en casa un punto en el primer partido de la temporada. Una espectacular parada de Anna Muniesa a falta de dos segundos para la bocina dejó con la miel en los labios a las naranjas, que la semana que viene visitan al Leganés.