Segunda victoria seguida del Maristas, segunda ante un rival directo, ayer frente al Vega Lagunera Adareva Tenerife, al que se impuso por 68-73 en la prórroga. El equipo coruñés se agarra a un balón de oxígeno importantísimo en su vuelta a la máxima categoría. Sin una de sus referencias interiores, la estadounidense Laura Hughes que sigue sin llegar, las pupilas de Jorge Carreira aprovecharon su buen momento, con protagonismo anotador una vez más para Andrea Pérez (20) y Eugenia Filgueira (14), para tomar ventaja en la lucha por la permanencia. Aunque la clasificación es testimonial, porque debido a las circunstancias especiales no todos los equipos aparecen con los mismos partidos disputados, ahora mismo el conjunto colegial ocupa la sexta posición y va dejando atrás rivales que le acompañarán esta temporada en la pelea por evitar la caída al descenso.

El partido estuvo muy igualado en los primeros minutos. Las locales arrancaron más fuertes, con pequeñas ventajas, apoyadas en el peligro de la jugadora de Mali Gnere Dembelé. El Maristas ya empató la contienda al término del primer cuarto (17-17). El segundo cayó de lado canario, por lo que se fue con una ligera ventaja al descanso (28-25). Un tercer parcial claramente a favor de las coruñesas (5-17) parecía decantar definitivamente el encuentro, pero el Adareva hizo un último esfuerzo y devolvió la moneda (23-14 para 56-56 al término del tiempo reglamentario) para forzar la prórroga. Con Demebelé eliminada por cinco faltas personales -también Basaez- a las visitantes se les allanó el camino. Victoria sufrida y muy trabajada para el Maristas, que la próxima semana, si todo va bien, recibe al Azkoitia Azpeitia y que todavía está pendiente de recuperar la primera jornada frente al Rosalía santiagués.