En una Liga extraña marcada por los vaivenes de Barça y Madrid se ha abierto un camino para las posibles sorpresas. Es evidente que el campeonato es largo y las casas de apuestas, por ejemplo, siguen situando a los dos grandes como principales favoritos para el título, pero existe la sensación de que algo puede cambiar. Mirar la tabla y ver a la Real Sociedad en lo más alto tras nueve jornadas supone un soplo de aire fresco. ¿Podrá el club donostiarra mantener sus excelentes prestaciones de este primer cuarto de Liga? El tiempo lo dirá. Lo único incuestionable es que el liderato no es una casualidad, es el premio a un trabajo bien hecho, un fútbol atractivo y una valiente apuesta por la cantera.

La Real ve a todos sus rivales por el retrovisor por primera vez en 17 años. Suma 20 puntos en nueve partidos y sufrió su única derrota el 29 de septiembre ante el Valencia. Ese despiste entre semana dio paso a una racha de cinco triunfos con más de una exhibición. Solo el Atlético, situado a tres puntos con dos partidos menos, podría discutirle un liderato que no disfrutaba desde la jornada 36 de la temporada 2002-03. Entonces acariciaba el título con un punto sobre el Madrid, pero al final se escapó la gloria. Aquella Real de Karpin, De Pedro, Xabi Alonso, Nihat y Kovacevic también comandó el campeonato en el primer tramo y supo mantener la regularidad. Es el reto que se presenta ahora.

Imanol Alguacil (Orio, Guipuzcoa, 49 años) es el arquitecto del éxito. Después de un gran trabajo en el filial aterrizó en el primer equipo en el ecuador de la temporada 2018-19. La Real era 15ª; ahora es líder. El equipo ya exhibió una formidable imagen en el curso pasado, en el que llegó a ocupar puestos de Champions. La Copa pasó factura, pero se salvó la clasificación europea y aún queda pendiente esa ansiada final contra el Athletic.

Con el técnico vasco, la Real ha recuperado los valores que la llevaron al título en 1981 y 1982, sus dos únicas ligas. Aquel grupo comandado por Arconada, Górriz, Zamora, Perico Alonso, López Ufarte y Satrústegui tiene prolongación en otra generación de la casa completada por atinados fichajes. El director deportivo Roberto Olabe se coronó con Odegaard, recuperado este año por el Madrid y reemplazado por Silva, que se ha acoplado de maravilla a una orquesta en la que todos suman. Destacan los internacionales Mikel Merino y Oyarzabal, pero también veteranos (Monreal y el propio Silva) y cachorros como Zubimendi, Zubeldia y Gorosabel, ahora lesionado.

"Ambición bárbara"

El Leeds pagó 20 millones por el central Diego Llorente, pero la Real no se inmutó. Convence en defensa y se desmelena en ataque, con 20 goles en 9 partidos, el club más realizador de la Liga. Portu y Oyarzabal son dos puñales, mientras Willian José e Isak se reparten protagonismo arriba. "Este equipo es candidato a pelear el siguiente partido. No hay más. Estamos donde estamos por méritos propios. Tenemos una ambición bárbara, pero esto no es fácil", avisa Alguacil.

La felicidad llega una década después del regreso a Primera, que tuvo lugar en el 2010 tras tres temporadas en Segunda, un periodo gris que tampoco se olvida. Ahora no importa el rival. La Real siempre juega para ganar. "Creo que se le está dando mucho valor a lo que estamos haciendo, pero igual más fuera que aquí", agrega el técnico, feliz por juntar en el once hasta siete canteranos. "Con muchos de ellos andaba por los campos de Segunda B no hace demasiado. Es una alegría inmensa. Igual los chavales están cansados de ver mi cara, pero es una gozada que estemos viviendo esto ahora", concluye orgulloso. Nadie como Imanol Alguacil representa el sentimiento de una Real que quiere completar su bella aventura.