Es un año complicado. Para el Calasancias y para todo el mundo. Pero el equipo coruñés fue valiente en su planteamiento de inicio de temporada. Luis Cuadrado decidió apostar por los jóvenes, por esa cantera que en el emblema del club. Los veteranos siguen ahí, pero en principio se les exige a los chavales que suman el peso del grupo. De momento, los resultados no están siendo los esperados, con todos sus partidos saldados con derrota. No es una cuestión de juego, asegura su técnico, que busca na recuperación psicológica para las próximas semanas a través del orgullo: "Tiene que haber más ambición y rabia. Nos falta agresividad y es lo que trato de recuperar".

"Está siendo un inicio duro, complicado, no esperábamos hacer este juego", no se esconde el entrenador. "El último partido ya empezamos a recuperar el nivel del año pasado, pero tuvimos un fin de semana doble con partidos ante rivales asequibles y teníamos que haber ganado, dejamos pasar una oportunidad. Quedan cuatro partidos menos para intentar mantener la categoría y aún queda mucho por hacer, pero estamos en fase de recuperación", añade. "Nos reforzamos bien y pensamos que teníamos un equipo competitivo, pero en estos primeros partidos no hicimos las cosas bien", sigue.

Los jóvenes han tenido una progresión enorme. Pero Cuadrado cree que les falta un punto de agresividad. "Y esta competición no perdona. Hay equipos con mucha veteranía y se les haces regalos, te hunden", valora. El problema está a partir del punto 18 de los partidos: "Es nuestra cruz. Llegamos a ese punto y a partir de ahí regalamos los sets todo con errores nuestros". Por eso cree que parte del trabajo que le espera es psicológico. Tanto para lo que ocurre en la pista como para lo que pasa fuera. "No quiero que suene a excusa pero cada vez tengo que dedicarle menos tiempo a la parte de entrenador y más a la de administrativo. Todas las cosas van sumando... y te van desgastando", concluye.