Salvadores frente a Suiza, eléctricos en el último tramo del choque disputado en St. Jakob-Park, la aparición clave de Álvaro Morata y de Gerard Moreno para revolucionar el ataque de España alimentó el debate de cara al partido clave ante Alemania: ¿Deben jugar los arietes más puros que tiene Luis Enrique?

La respuesta sólo la tiene el técnico asturiano, que después del empate contra Suiza (1-1) podrá analizar con claridad cómo se desarrollaron sus dos ideas a lo largo de 90 minutos en los que España no pudo superar al combinado helvético.

La primera, la de salida, funcionó a medias. Luis Enrique apostó por Dani Olmo en punta acompañado a los lados por Ferran Torres y Mikel Oyarzabal. Dejó en el banquillo a dos hombres como Morata y Gerard Moreno, que en el amistoso ante los Países Bajos aparecieron en el once inicial y firmaron un gran encuentro.

Por detrás de los tres, Sergio Busquets, Fabián Ruiz y Mikel Merino tenían la tarea de dar equilibrio al equipo. La táctica de Luis Enrique, un 4-3-3 con mucha movilidad arriba pero sin un delantero puro de área, estaba ideada para contrarrestar el asfixiante planteamiento de Suiza, muy excesivo en la presión desde la primera línea de ataque.

España necesitaba tener buena salida de la pelota y buenas ideas en los últimos metros. Sin embargo, a lo largo de la primera parte, en la que prácticamente se desarrolló toda la propuesta inicial de Luis Enrique, España mantuvo una línea de altibajos marcada por la falta de acierto en los metros finales.

Salvo el despiste en el gol de Remo Freuler, los hombres de Luis Enrique sortearon bien la presión helvética. Pero en los momentos cumbre, los que dan resultados y éxitos, no atinaron. España lo intentó en varias ocasiones, pero anduvo timorato en los metros decisivos.

Oyarzabal, con un centro que se le resbaló de las manos al portero Sommer y que casi da un disgusto a Suiza; Ferran Torres, en un intento que acabó en las nubes del cielo de Basilea; Mikel Merino tras un remate casi debajo de la portería tras un córner; y Fabián Ruiz, después de un disparo desde fuera del área que despejó Sommer, protagonizaron las ocasiones más claras.

Después, en el segundo, llegó la montaña rusa que protagonizó Ramos, que salvó un gol cantado de Haris Seferovic, falló un primer penalti que él mismo provocó y después erraría un segundo que prácticamente fue obra de Morata tras un derribo dentro del área llevado a cabo por Nico Elvedi.

En medio de todas esas acciones protagonizadas por Ramos, apareció Morata a los 56 minutos para sustituir a Fabián Ruiz. Desde ese instante, España recuperó algo más de poder en ataque. Éste se incrementó con la triple aparición de Sergio Canales, Adama Traoré y Koke Resurrección a falta de 17 minutos para el final.

La guinda la puso Gerard Moreno, que saltó al terreno de juego en el minuto 80, justo cuando Ramos falló su segunda pena máxima. Y, en apenas quince minutos de juego, junto a Morata en la delantera, España por fin dio sensación de peligro real.

La duda radica en saber si jugarán contra Alemania. No estará Busquets, que cayó lesionado. El centrocampista padece un esguince en los ligamentos de la rodilla.