Entre la no renovación con el Madrid y los penaltis fallados, Sergio Ramos acapara las polémicas en la previa del España-Alemania, que más que el partido decisivo para conseguir una plaza en la final a cuatro de la Liga de Naciones, es un importante examen para el proyecto de Luis Enrique en la selección, aún parcial, pero ya con preguntas como las que se encontrará en las convocatorias finales. "Es una gran prueba para saber dónde estamos ahora mismo. Es una pequeña final, nos lo tomamos como si fuera un partido de Eurocopa, eso nos dice el entrenador", confesó el internacional del Manchester City Rodrigo Hernández, improvisado sustituto de Ramos en la comparecencia previa en Sevilla.

Se había levantado la expectación con la previsión oficial de que en la previa hablaría, en sus funciones de capitán ante un partido importante, un Sergio Ramos que decidió no comparecer, no atraer más hacia su figura unos focos que ya tiene muy encima. "Es lo que implica tener jugadores de ese perfil. No nos sorprende el hecho de estar rodeados de polémica, si no es una cosa, es otra", reivindicó Luis Enrique en tono conciliador.

Después del empate en Suiza, casi al final para sumar el tercer partido sin ganar, los dos penaltis fallados por el capitán madridista no han hecho más que acrecentar la marejada de noticias que, en semana de partidos internacionales, en el Real Madrid se ha concentrado en torno a la no renovación del defensor andaluz.

Aún no hay acuerdo, a menos de un mes y medio de que el baluarte madridista pueda empezar a negociar como agente libre para la próxima temporada. "Si hay alguien con la experiencia suficiente para llevar bien esta situación personal es Sergio Ramos. Lo veo igual que el primer día. No cambia para nada su semblante. El resto es algo que tiene que saber llevar", volvió a capear por su capitán el técnico.

Llegados a la última jornada de la fase de grupos, España tiene que ganar para jugar la final a cuatro de la Liga de Naciones. Ahora sí, Luis Enrique tiene que descubrir sus mejores cartas ante Alemania, después de tantas pruebas y con un ataque que, entre el delantero clásico y el falso nueve, se mueve en la bruma de la vaguedad. "Solo nos vale la victoria, casi mejor, así no tenemos que especular", sentenció el seleccionador.

El año pasado, en la primera edición, España ya se quedó sin jugar la final a cuatro que ganó Portugal, pero este año, con la Eurocopa a la vista, es el momento de que Luis Enrique vaya aportando al equipo más certezas, una columna vertebral sobre la que sustentar al grupo.

La permanencia en la titularidad de Unai Simón en Suiza ha reavivado el debate en torno a la portería, que vuelve a ser el centro de las dudas de la alineación. De Gea, con un rendimiento en la selección marcado por la irregularidad, y Kepa, sin minutos en el Chelsea, son las inamovibles alternativas de Luis Enrique. "El portero nos tiene que dar continuidad en el juego, dominar el juego aéreo y cobertura a la defensa cuando presionamos en campo contrario. Unai tiene un gran nivel en todo eso, me atrevería a decir que Kepa y De Gea también", comentó Luis Enrique con el tono de abogado defensor.