La selección sueca de balonmano volverá a pelear, veinte años después, por el oro en un Mundial, tras certificar su clasificación para la final de Egipto al imponerse a Francia, en el primero de los encuentros de semifinales.

Un triunfo que premió la claridad de ideas del conjunto escandinavo que, a diferencia del equipo francés, tuvo claro qué hacer sobre la pista en todo momento y no disputaba la final de un Mundial desde el año 2001, cuando cayeron precisamente ante Francia en París.