El Liverpool jugará los cuartos de final de la Liga de Campeones después de eliminar al Leipzig del exdeportivista Angeliño (2-0 y 4-0 en el global) tras un choque disputado ayer en el Puskas Arena, escenario neutral por la pandemia, y marcado por los goles de Mohamed Salah y Sadio Mané en el último tramo del partido.

Los pupilos de Jurgen Klopp se agarran a la Champions como tabla de salvación tras una temporada atípica, irregular y que ha cuestionado, por primera vez desde su llegada, al técnico que lideró el rock and roll más exitoso de Anfield en la última década. Su mala racha en la Premier —está fuera de los puestos europeos— le obliga a jugarse todas las cartas a la máxima competición continental.

El 0-2 de la ida, un partido disputado en el mismo estadio por la prohibición de Alemania a recibir vuelos procedentes del Reino Unido, fue más que suficiente para que los ingleses no pasasen apuros en ningún momento del partido. De hecho, la escasa ambición de los alemanes allanó la presencia del Liverpool en los cuartos de final.

Dani Olmo tuvo la mejor ocasión a los diez minutos, pero no hubo nada más de un Leipzig que fue perdonado por Diogo Jota hasta en dos ocasiones, la primera de ellas al filo del descanso.

Soerloth llevó el cuero al travesaño y el coreano Hwang también probó fortuna con un disparo desde la frontal, pero nada de nada. Es más, en la jugada siguiente al palo de los visitantes llegó el 1-0 en botas de Salah, que recortó a un rival y marcó dando un pase a la red. Un gol de muchos quilates del delantero egipcio. Y el 2-0, tan solo tres minutos después, llegó tras una combinación sensacional de Thiago Alcántara y Origi, que regaló una asistencia en boca de gol a su compañero Mané, que no falló ante Gulácsi para firmar el 2-0 definitivo.