El Barcelona ya depende de sí mismo para ganar LaLiga gracias a su sufrida victoria por 1-0 ayer en el Camp Nou ante un atrevido y luchador Valladolid con un gol en el minuto 90 de Dembélé que salvó una espesa noche de los azulgrana.

El conjunto catalán se sitúa a un punto del Atlético y tiene en su mano llevarse la carrera por el título, aunque no firmó un partido brillante, sobre todo en su primera mitad, y hasta el final no se deshizo de un rival que hizo méritos para sacar algo más valioso, pero que al final fue castigado cuando estaba con uno menos tras la expulsión de Óscar Plano.

El Valladolid soñaba con un punto de oro, cuando un balón perdido en el área en el último suspiro lo cazó el extremo francés para sacar del apuro a su equipo, que ahora tendrá días para preparar el Clásico del próximo sábado ante el Madrid con el liderato provisional en juego.

El parón internacional había traído malas noticias en forma de bajas para el Valladolid, pero pareció afectar más a los de Koeman. Poca intensidad en la presión y poca creatividad para desarmar la defensa de cinco que presentó Sergio González. Los visitantes se esmeraron en desactivar a los locales, cuyo bagaje de oportunidades claras en la primera mitad se redujo prácticamente al tramo final. Ninguno de los dos porteros, no obstante, tuvieron que realizar intervenciones de mérito.

En la segunda parte el Barça salió con más intensidad y se aprovechó de que el choque se empezó a abrir. El esfuerzo les pasó factura a los visitantes, con la puntilla de la expulsión a diez para el final. Y Dembélé supo aprovechar su momento.