El Barcelona reaccionó en los últimos 15 minutos de su visita a San Mamés para sacar al menos un empate en un gran partido del Athletic, aunque perdonó mucho, hasta que le faltó la gasolina al final.

La realidad del Barça parece no ser la de la primera media hora ante la Real Sociedad. En Bilbao, ante un rival que sí fue fiel a sí mismo, el cuadro culé estuvo inoperante durante 75 minutos. Los de Marcelino sabían lo que tocaba y no se guardaron nada.

Con 10.000 aficionados en las gradas, los leones mordieron en cada jugada, con una presión incansable que alimentó el gol en el minuto 50 de Iñigo Martínez. En el enésimo córner, el central ganó a todos en la carrera y el salto e hizo justicia en el marcador.

Sin fuerza en las piernas, con Gerard Piqué lesionado a la media hora, al Barça le faltaron líderes. No fue en el primer partido, pero ya en el segundo el cuadro culé echó de menos a Messi. La nueva era sin el argentino no tiene al mejor comodín del mundo.

Lo más parecido para los de Ronald Koeman fue Frenkie de Jong. El neerlandés apareció finalmente en el centro del campo, donde Pedri pide descanso a gritos, y también se sumó al ataque. Un balón al larguero fue el aviso y poco después llegó el fusil de Memphis.

El Barça pasó a recuperar balones, devolvió la presión aunque tarde, y el ariete logró el 1-1 en el minuto 75. El ex del Lyon sin embargo tuvo también el gol de la victoria en dos ocasiones más, una de cabeza que no remató y otra más fácil que la que marcó.

Al final peleó el aspirante culé al título, aunque lo hizo cuando el Athletic le dejó o no pudo más.