Bajo la espesa niebla de un coloso asturiano llamado el Gamoniteiru solo podía triunfar un ciclista con una imaginaria capa roja colgada a la espalda. Con las cartas sobre la mesa y actuando el Movistar con inteligencia Miguel Ángel López, al que llaman Superman, dio ayer la primera victoria al equipo español con un furioso ataque a cuatro kilómetros de la cima. Sabía el corredor colombiano que tenía ese pequeño margen de libertad del que no gozaba su jefe Enric Mas. Con alma de Caníbal (Eddy Merckx) y hambre de Caimán (Bernard Hinault) Primoz Roglic no fue a la caza del actor de reparto del conjunto de Telefónica. Quería sobrevivir. No necesitaba más demostraciones después de la que hizo el miércoles en los Lagos.

Subió Roglic por el Gamoniteiru, puerto bravo, largo y complicado que se presentaba en la Vuelta, sabedor de que tiene la carrera amarrada y que no descubre la peligrosa presencia de Tadej Pogacar por los alrededores. Ascendió el jersey rojo por los casi 15 kilómetros que conducían al abismo, sin ver nada por la niebla e iluminado por los faros de los coches de la organización, a solo cuatro días del triunfo final y solo pendiente de que Mas no le diera un susto. No podía con todos. No había que volverse loco. Y por esa razón no reaccionó cuando Superman demarró con la furia que lo identifica como uno de los mejores escaladores del mundo.

Movistar necesitaba, al margen del podio de Santiago, un triunfo de etapa para liberarse de la niebla que no les había permitido ver los escalones del podio en cualquier meta del Giro y del Tour. Roglic fue segundo y Mas tercero, sacrificado pero concienciado de que no podría con Roglic.

Hoy, meta en Monforte, la primera de las tres en Galicia

La Vuelta llega hoy a Galicia, donde finalizan las tres últimas etapas, en las que se conocerá si queda algún ciclista con fuerzas suficientes para desbancar del liderato al esloveno Primoz Roglic y si tendrá algún protagonismo Carlos Canal Blanco, el único ciclista gallego que participa en la ronda que hoy llega a Monforte de Lemos. Mañana, el pelotón afrontará una etapa con un trazado propio de una clásica, con salida en Sanxenxo y llega al Castro de Herville, en Mos (202,2 kilómetros), en la que será última llegada en alto de la carrera. Los ciclistas pasarán en esta jornada por Pazos de Borbén, Mos, Porriño, Tui, Alto de Vilachán, Alto de Mabia, Alto de Mougás, Baiona, Alto do Prado y Mos. Y la organización ha querido mantener la incertidumbre hasta la última jornada, para la que diseñó una contrarreloj de 33 kilómetros entre Padrón y Santiago de Compostela. Camino de las carreteras gallegas que tan bien conoce, Carlos Canal, ciclista del Burgos BH nacido en Xinzo de Limia, se dejó ver en la etapa reina de ayer, que concluyó en el inédito Altu d’El Gamoniteiru.