El Sevilla salvó ayer un empate en su estreno en el Grupo G de la Liga de Campeones ante el Salzburgo (1-1), en un duelo en el que el árbitro señaló hasta cuatro penaltis en los primeros 40 minutos, tres a favor de los austriacos y solo uno acertado, y en el que Ivan Rakitic rescató un punto también desde los once metros antes del descanso.

Lopetegui miró al banquillo para dar un nuevo aire al equipo tras la reanudación. Lucas Ocampos, que debutaba este curso tras superar su lesión, y Delaney entraron al terreno de juego para tratar de recuperar la iniciativa, pero la expulsión de En-Nesyri trastocó todos los planes. Pese a jugar casi toda la segunda mitad con uno menos, el Sevilla salvó un punto.