Un gran planteamiento de Unai Emery dejó seco a un Madrid que iba camino de récords goleadores y solo chutó en una ocasión a un Villarreal que se topó con Thibaut Courtois en el primer acto y defendió con firmeza el empate (0-0), rebajando la brillantez del líder.

De sus derrotas en el Santiago Bernabéu, estadio maldito para Unai Emery, donde tan solo había puntuado en una ocasión en su carrera, aprendió el técnico lecciones que plasmó en un planteamiento que rebajó la eficacia del Madrid en su estadio. El Villarreal quiso el balón en un bello duelo táctico, reforzado por la apuesta por centrocampistas puros, con Capoue y Coquelin como escuderos de Dani Parejo, y por una presión mal ejecutada por los hombres de Ancelotti.

El equipo blanco está cómodo desde la verticalidad y con menos posesión que su rival le costó meter la marcha que desequilibra los duelos. Con Rodrygo desaparecido y Vinicius con dificultades para imponerse al marcaje de Juan Foyth. Por las alas buscó el equipo de Emery la debilidad madridista, con Nacho como comodín en la banda izquierda y Fede Valverde en una extraña posición de lateral derecho. Le buscó Danjuma y en sus botas estuvo la primera ocasión de peligro que salvó Courtois con una gran estirada abajo.

El aviso del Villarreal presentaba una primera parte de dureza táctica al líder. Un encuentro difícil de descifrar desde un tiempo reducido en cada posesión, sin el acierto de Vinicius en la precisión en el pase. No fue capaz de desequilibrar el Madrid y sufrió un frenazo.