Renovado hasta 2027 y una cláusula de 1.000 millones de euros. Condiciones de estrella, de símbolo. Y el 10 en la espalda de la camiseta. Lo máximo. "Lleva el 10 no es presión, es motivación", asegura Ansu Fati, el futbolista que personaliza "el presente inmediato y el futuro" del Barça, nada menos, en palabras del presidente Joan Laporta.

El club azulgrana revistió con categoría de acontecimiento la ampliación del contrato del delantero, de apenas 19 años, convertido en el emblema del nuevo Barça, con la nueva directiva, con el nuevo proyecto de equipo que perdió a su antiguo referente, el exposeedor del 10 que se entregó a Fati. La junta le ofreció el dorsal (también a Kun Agüero), y el futbolista lo aceptó después de que lo aprobaran los capitanes, la vieja guardia que ha acompañado a Messi durante la última década. Acudió toda la familia de Ansu Fati, miembros del equipo de Jorge Mendes, su agente, y representantes de la plantilla y los ejecutivos de la entidad. Se abrieron las puertas del Auditori 1899, naturalmente, igual que la semana pasada con Pedri (contrato hasta 2026 y 1.000 millones de cláusula).

Laporta ha hecho un canto a "la valentía" de Ansu por haber dado "un paso adelante" cuando se le ofreció portar el 10 de Messi, pero negó que el club esté volcando demasiada presión sobre Fati, que ha vuelto después de una lesión que le ha mantenido diez meses en inactividad.

Ansi Fati en su renovación con el FC Barcelona. EP

"Queremos quitarle toda la presión", negó Laporta, que calificó de "histórico" el acuerdo con Fati y finalmente reconoció la cierta urgencia del Barça por sellar la renovación. Mateu Alemany viajó a Portugal para cerrar los últimos flecos con Mendes y el miércoles, tras el encuentro con el Dinamo, Fati y su familia subieron a la oficinas del Barça a firmar el contrato. Doce horas después, se reunían todos para posar con un acuerdo que Laporta catalogó de "histórico".

"Pedri y Fati son estrellas, de lo mejor que hay en Europa, y eran oportunidades de mercado para cualquier gran club"

Alemany sí admitió que las renovaciones de Pedri y Fati eran asuntos prioritarios. "Acababan en 2022", aseguró, restando validez a las cláusulas de sus contratos por los que el club podía ampliarlos. "Los dos son estrellas, de lo mejor que hay en Europa, y eran oportunidades de mercado para cualquier gran club", reconocía cuando ya ha conseguido atarlos para el próximo lustro con el Barça.

Fati no tenía ninguna intención de escuchar a nadie. "Ha sido siempre mi sueño crecer y triunfar aquí", decía el delantero, que nunca tuvo la duda de que se recuperaría de la larga lesión que empezó en noviembre de 2020. "La fe era lo último que iba a perder. Hace años pasé por algo similar. Estaba muy motivado por volver a jugar y sabía que tarde o temprano lo iba a conseguir. En cualquier caso, añadió, "el tiempo lo cura todo". Ahora lleva 10, tiene la vida asegurada y se prepara para jugar el domingo el clásico ante el Real Madrid.