La selección española femenina de balonmano no falló y certificó su clasificación para la segunda fase del Mundial de España con pleno de victorias, tras ganar ayer 31-19 a Austria, en un encuentro en el que las Guerreras apenas tardaron doce minutos en dejar encarrilado (7-1) gracias a una sobresaliente actuación de la portera Silvia Navarro.

Conscientes de la importancia de acceder a la segunda fase, en la que España se medirá con rivales de la talla de Croacia, Japón y Brasil, con pleno de puntos, las de José Ignacio Prades se aplicaron desde el inicio con la máxima intensidad en defensa. El conjunto español volvió a demostrar que se encuentra mucho más cómodo cuando puede correr que cuando tiene que jugar en ataque estático, donde sigue lastrado no sólo por su falta de tiro exterior, sino, sobre todo, por sus errores en el lanzamiento.

Problema que España sólo logró solventar cuando pudo dotar de la velocidad necesaria a la circulación del balón para hacer llegar la pelota a las extremos, donde volvió a brillar una efectiva Carmen Martín, y las pivotes. Una fórmula a la que recurrió una y otra vez la central Silvia Arderius, que dotó de una mayor vivacidad al juego de la selección que una Alicia Fernández, que en su debut en el torneo, acusó la falta de ritmo provocada por su ausencia en las dos primeras jornadas a causa de una molestias físicas.