En su casa de Múnich hay un hueco vacío. Lo tenía reservado desde hace meses, destinado como estaba a ser el nuevo Balón de Oro. Incluso Messi se dirigió a él instando a France Football a reparar la injusticia provocada por la ausencia del trofeo en el 2020 debido a la pandemia . “Ojalá Robert puedan otorgártelo y tenerlo en tu casa porque fuiste un justo ganador”, le dijo el argentino a Robert Lewandowski, el delantero de 33 años, que ha sustentado al Bayern en los últimos siete años.

En un equipo coral y perfecto, ganó con Flick el sextete (seis títulos de seis posibles) equiparándose así al Barça de Guardiola (2009), el goleador polaco ha sido el punto y final. El delantero quirúrgico que ha retratado con extrema precisión el trabajo de un club que fusiona diversas vías de sus últimos entrenadores (Guardiola, Ancelotti, Heynckes, de forma provisional, Kovac, Flick y ahora Nagelsmann) para no abandonar jamás la esencia de su filosofía.

Con Lewandowski, la vida es mucho más sencilla. Sumó ante el Dortmund el pasado fin de semana la estratósferica cifra de 321 goles en 350 partidos con la camiseta bávara. Una verdadera locura. Pero no es lo que marca sino lo que impone y asusta. En la Champions actual, el Bayern es una máquina ofensiva (19 tantos en cinco encuentros) y él ya suma nueve. El Barça, en cambio, solo ha marcado dos goles en 450 minutos de fútbol europeo (Piqué al Dinamo en el Camp Nou y Ansu en Kiev al Dinamo). Visitan los azulgranas mañana a un equipo que funciona con fiabilidad, donde las piezas son reconocibles desde el portero (Neuer) al delantero centro (Lewandowski).

Tal es la influencia de Robert, como le tuteó de forma cercana Messi, que su lesión con Polonia en el duelo contra Andorra (marzo) provocó que el Bayern perdiera los cuartos de final de la pasada Champions con el PSG (abril). En ese producto tan engrasado, la baja de Lewa obró un efecto demoledor impidiendo al entonces equipo de Flick defender la corona ceñida en Lisboa, precisamente ante el conjunto francés. Eclipsado por el dominio dictatorial del fútbol exhibido por Messi (siete Balones de Oro) y Cristiano Ronaldo (cinco), la astucia del polaco no ha encontrado el galardón individual que premie un talento descomunal. Ser elegido por France Football como el mejor goleador es demasiado poco para él.