Un desdibujado Sevilla cayó por 1-0 ante un vertiginoso Salzburgo y se despide de la Liga de Campeones. Los toros rojos se convierten en el primer equipo austríaco en llegar a los octavos de la máxima competición continental y gran parte del mérito es de sus dos delanteros: Karim Adeyemi y Noah Okafor.

El Sevilla —con las bajas de Acuña, Suso, En-Nesyri, Jesús Navas y Lamela— fue una sombra del equipo fiable que suele ser y pagó su falta de pegada arriba —especialmente una oportunidad crucial de Munir en el minuto 47— y sus errores atrás.