España peleará por el bronce el domingo (14.30 h. TDP) contra Dinamarca en el Mundial femenino de balonmano. Pese al calor del público de GranollersNoruega ha sido este viernes un rival demasiado grande para las Guerreras en semifinales (27-21). A base de garra, España llegó con empate al descanso, pero sucumbió en la segunda mitad (sin dejar de luchar) ante la vigente campeona de Europa y, sobre todo, ante Nora Mork, que con 8 goles vengó la derrota de hace dos años en el Mundial de Japón.

La lateral del Vipers Krisiansand no estuvo en aquella impresionante victoria española en Kumamoto -como tampoco la portera Katrine Lunde, otra de las claves de la semifinal con 13 paradas-, por culpa de una complicada rodilla que le ha hecho pasar por el quirófano 9 veces. Su tenacidad le valió este viernes el pase a la final (la octava de su selección, que ya cuenta con 30 medallas internacionales) contra Francia. La campeona olímpica remontó a Dinamarca, ante la cual las Guerreras tratarán de bajar un solo escalón, de la plata al bronce.

"Dos minutos de duelo"

"Nos han condenado las pérdidas de balón, ante Noruega era necesario hacer un partido perfecto", valoraba Silvia Navarro, la capitana. "Pero tenemos dos minutos de duelo, el domingo tenemos otra final", añadía. "Hemos fallado mucho cara a puerta, y ellas te matan al contragolpe", reflexionaba Silvia Arderius

La defensa de España, capital en el camino inmaculado que había llevado a la selección a semifinales, debía ser clave para tener opciones y de salida la capitana, Carmen Martín, se encargó de marcar la raya tanto para las noruegas como para sus compañeras. España logró contener a las escandinavas en el arranque (3-3), pero después pasó un mal momento por una confluencia de factores: muchas pérdidaspoca fluidez en ataque, alguna decisión arbitral cuestionable y un punto de mala suerte con algún tiro al palo. "Llevamos cinco ataques sin hacer nada, tenemos que ser más valientes", reclamaba José Ignacio Prades tras parar el partido con 7-3.

Subidón al descanso

Arderius lideró ese arranque de valentía para evitar que la ventaja fuera a más. Ante Alemania ya remontaron cuatro goles, y contra la todopoderosa Noruega soñaron con hacerlo. Shandy Barbosa emergió junto a Paula Arcos (clave en el avanzado para cambiar la dinámica del partido) para lograr una inyección anímica en los últimos segundos de la primera mitad: la defensa del último ataque noruego acabó en un robo y en el empate al contragolpe de Jennifer Gutiérrez (11-11), que hizo estallar el Palau d’Esports de Granollers.

Pero en la segunda mitad siguieron llegando pérdidas de balón (hasta 16), y Noruega las castigó en extremo, como demuestra el 7 de 7 de Kari Brattset Dale. Tras cada pérdida, tras cada lanzamiento errado, hasta después de encajar un gol llegaba un contragolpe y un tanto noruego. Pronto las escandinavas se pusieron con un 21-16 que convertía la final en una quimera. La medalla, sin embargo, sigue siendo posible.

Las jugadoras españolas, que lucharán por el bronce, aplauden a los aficionados tras caer derrotadas ante Noruega. Alejandro Garcia

Noruega, 27 - España, 21

Noruega (11+16): Katrine Lunde (Silje Solberg ps), Sanna Solberg-Isaksen (3), Veronica Kristiansen (3), Stine Oftedal (1), Nora Mörk (8, 3p), Kari Brattset (7) y Malin Aune-siete inicial-; Henry Reistad (3), Emilie Arntzen, Vilde Ingstad, Moa Hoghdahl, Marit Jacobsen (1), Camilla Herrem, Kristine Breistol y Maren Aardahl (1).

España (11+10): Silvia Navarro (Merche Castellanos), Carmen Martín (2), Carmen Campos (1), Almudena Rodríguez, Kaba Gassama, Alexandrina Barbosa (5) y Jennifer Gutiérrez (3,1p)-siete inicial-; Silvia Arderius (1), Eli Cesáreo (2) Irene Espínola, Paula Arcos (3), Maitane Etxeberría (1), Soledad López (1), Alícia Fernández (1) y Ainhoa Hernández (1).

Árbitros: Tanja Kuttler y Maike Merz (alemanas). Exclusiones a Herrem, Brattset y Aardahl por Noruega y Cesáreo y Arderius por España.

Parciales: 1-1, 3-3, 6-3, 7-5, 9-7, 11-11(descanso-; 14-12, 16-14, 19-16, 22-16, 24-17 y 27-21 (final).

Cancha: Palau d'Esports de Granollers ante 3000 espectadores.