Más vidas que un gato en Júpiter tiene este Extremadura. Salvo sorpresa mayúscula, hoy el equipo de Almendralejo, encuadrado en el mismo grupo que el Deportivo, volverá a estar en el césped del estadio Francisco de la Hera para afrontar un partido más. Esta vez ante el Talavera (19.00 horas) aunque ya para los azulgranas lo de menos es el rival. Reunir al mínimo de jugadores profesionales sobre el campo (siete según el reglamento) y que no suceda nada extraordinario es lo primordial ahora para un club que camina de puntillas al borde del precipicio, pero que de momento sigue ahí, salvando la caída mortal.

El partido es a las 19.00 horas y hasta ese momento el Extremadura tiene tiempo de reunir a siete profesionales y once en el campo para jugar. El club perdió ayer a tres jugadores más de la plantilla. Uno de ellos era de esperar, Jorge Morcillo, que finalmente se marchó al Avilés con la carta de libertad. El defensor ha sido el último de los jugadores de la primera plantilla que iniciaron el año en aguantar. Pero de manera sorpresiva, dos de los jóvenes del filial, Moi Parra y Assane, han decidido desvincularse. Ayer seguían esperando la cláusula de rescisión para poder marcharse, una vez que se despidieron de sus compañeros antes de que empezara el entrenamiento.

Moi Parra tiene una oferta para jugar en el Getafe B y Assane otra para jugar en el Zamora y seguir en Primera RFEF. Ambos esperan que, finalmente, el club acceda a darles la carta de libertad.

Ante ese panorama, al Extremadura sólo le quedarían seis jugadores con ficha profesional y 12 en total, contando con dos porteros. El reglamento establece que sean siete los jugadores profesionales que deban estar sobre el campo en todo momento. De ese modo, el club busca contra reloj y de manera desesperada jugadores a los que hacer ficha profesional para afrontar el partido. Hacer tan sólo una implica un riesgo de que cualquier lesión o expulsión te deje con seis profesionales en el campo y, por lo tanto, incurrir en alineación indebida.

El Extremadura ya no parece centrado en salvar la categoría, sino salvar la liquidación y salir el año que viene en Segunda RFEF. En este sentido, la jueza de lo Mercantil número 1 de Badajoz emitió ayer una resolución que da aire al club al suspenderse la fase de liquidación. La jueza se equivocó en el plazo de tiempo para recurrir en apelación. Dijo cinco días cuando en realidad eran 20. Hasta ese plazo, tiene tiempo para seguir compitiendo y esperar un milagro.