Definitivamente, salvo giro brusco e inesperado de los acontecimientos, el Extremadura se dirige directamente al precipicio y a una inexorable desaparición como entidad deportiva. Desde este viernes, tal y como anunciaron el día anterior, los jugadores del primer equipo ejercen su derecho a la huelga después de que el club no haya sido capaz de darle soluciones a los graves problemas económicos que tienen estrangulada a la entidad. Por ese motivo, ayer se presentó en la ciudad deportiva el autobús oficial que debía desplazar al Extremadura rumbo a Galicia para jugar esta tarde (17.00 horas) ante el Racing de Ferrol, pero allí no estaban los jugadores. Sí estaba el cuerpo técnico encabezado por el exentrenador del Fabril Manuel Mosquera, quienes no han hecho huelga porque realmente ellos no son imprescindibles para disputar el partido. Fueron a cubrir sus puestos de trabajo a la ciudad deportiva, esperar a que pasara el tiempo y se marcharon. Allí estuvo la prensa, que asistía atónita a una descomposición total de un club que no hace mucho militaba en categorías profesionales.

Durante toda la jornada del viernes se mantuvo un cierto halo de esperanza de que una llamada telefónica organizara in extremis a los jugadores para poder viajar a Galicia. De hecho, según ha podido saber este periódico, el presidente negociaba hasta última ahora una posible inyección económica para salvar parcialmente la situación. Pero técnicos y jugadores quieren realidades en forma de dinero líquido. Y sobre todo el administrador concursal, que es el encargado de validad cualquier inyección económica que pueda venir. Desde luego, quiere evitar otro caso Khalifa.

Finalmente, el Extremadura no ha viajado, y aunque todavía podría hacerlo hoy en caso de tener una solución de última hora, parece difícil que ésta pudiera llegar.

Los futbolistas se plantaron el jueves y, esta vez, han ido hasta el final. Quizá desde el club no esperaban esa respuesta firme de unos chavales que han terminado explotando por sus condiciones de habitabilidad en la residencia.

Si el Extremadura UD no se presenta en Ferrol, como todo parece indicar, se consumará la segunda incomparecencia que le llevaría directamente a la descalificación de la categoría. Se daría la circunstancias de que ambas incomparecencias se habrían dado con los dos equipos de A Coruña tras no jugar contra el Dépor.

En el Racing de Ferrol asisten atónitos las circunstancias de este partido. Uno de los integrantes del equipo es Alfonso Candelas, que fue uno de los héroes del ascenso a Segunda División con el Extremadura UD. Ayer telefoneaba a varios de sus contactos en Almendralejo para saber qué sucedería con el encuentro. Como cualquier exjugador con pasado glorioso en el club, se encuentra apenado por la situación.

Cristóbal Parralo, entrenador del Racing de Ferrol, aseguró que estaban preparando con total normalidad el partido y aunque confesó que no sabía qué ocurriría, “estamos mentalizados para jugar el partido”. También dijo que, en caso de que el encuentro no se jugara, “la RFEF debería tomar nota para que estas cosas no vuelvan a suceder en esta categoría”.

El Extremadura UD se muere. Ahora sí, le llega su día clave. Si hoy no asiste al partido puede suponer el inicio de la liquidación, su expulsión de la Primera RFEF y el peor final para la historia de los azulgranas.