El Eintracht se proclamó campeón de la Liga Europa y volvió a alcanzar la gloria, 42 años después de su primer y hasta ahora único título en la Copa de la UEFA (1980), al superar en la tanda de penaltis al Rangers de Roy Makaay con un tiro decisivo de Santos Borré.

Tras una final que acabó 1-1 en el tiempo reglamentario y en la prórroga, con goles de Joe Aribo en el 57 para los escoceses y del propio Borré para el Eintracht en el 69, el colombiano convirtió el penalti decisivo (5-4) después de que fallara el único lanzamiento de la tanda Aaron Ramsey, lo que desató la euforia en la hinchada alemana después de una final muy igualada y competida.

La marea de aficionados que tomó Sevilla para esta final, cifrada en más de 100.000 aficionados de ambos equipos y bastante más de la mitad sin entrada al estar limitado a 40.000 el aforo del Sánchez-Pizjuán, dio paso al fútbol en una tarde noche calurosa, con unos 31 grados de temperatura, para un duelo de altura. Previamente, hubo enfrentamientos entre ultras de ambas hinchadas,

Era un choque de estilos distintos. El Eintracht, con un mayor gusto por el toque a la hora de crear, se fue arriba acumulando mucha gente en sus ofensivas. Salió con más ímpetu que el Rangers del Gio.

Los alemanes fueron fieles a su juego y buscaron con ahínco la meta rival, pero fue el Rangers el que se adelantó en la segunda parte. Joe Aribo, a los 57 minutos, aprovechó un fallo en cadena de la zaga de los puritanos para batir a Trapp. Tras el 0-1, el Eintracht dio un paso adelante y apretó. Santos Borré no perdonó el 1-1 doce minutos después. El tiempo reglamentario dio paso a los penaltis, que sonrieron a los teutones.