El Barcelona cedió su corona de campeón de Europa a su bestia negra, a un Olympique de Lyon al que todavía no han conseguido ganar y que se impuso por un contundente 1-3 en el Juventus Stadium de Turín (Italia) para levantar su octava Liga de Campeones y alargar así su hegemonía en el fútbol femenino.

La sed de revancha tras aquella final de Budapest en 2019 y de conseguir dos trofeos consecutivos no fueron suficientes para el Barcelona. Las jugadoras de Jonatan Giráldez llegaron a Turín con el cartel de favoritas para agenciarse su segunda Champions, pero sucumbieron tras una primera parte en la que el Lyon fue mejor y en la que aprovechó sus ocasiones —y las dudas defensivas del Barcelona— para recuperar el trono del fútbol femenino, ese que ha ostentado en la última década.

No pudo comenzar peor el partido para el Barcelona. Las locales se vieron muy superadas por un torbellino en forma de escuadra francesa que atosigó durante los primeros cinco minutos a sus rivales con una muy organizada presión alta y salidas rápidas tras robo. Ya avisaron con un disparo de falta en la primera ocasión de peligro, y el altísimo ritmo que impusieron las francesas no tardó nada más que cinco minutos en dar resultados.

Mientras la grada local apretaba llegó el primer golpe de la tarde. Henry acalló rápidamente a la hinchada azulgrana con un disparo potente que se coló por la escuadra derecha de Paños, que nada pudo hacer para evitar el golazo de la noche.

En una de las pocas ocasiones que tuvo el Lyon hasta ese momento, Ada Hegerber, que estuvo fuera durante casi dos años por lesión, se reivindicó a lo grande con un gol en la final de la Champions, el 2-0 en el minuto 23, un testarazo al segundo palo libre de marca y casi a portería vacía tras una salida dubitativa de Paños.

Se desplegó el Lyon, que dejó al Barcelona como una sombra de lo que fue esta temporada, y culminó la primera mitad con el gol de Macario, que empujó el balón sobre la línea sin marca, tras un mal despeje de una desacertada Paredes. Y tuvo que exigirse Paños sobre el tiro de Hegerberg para no ceder el cuarto en la siguiente acción.

Era un huracán el Lyon. Desplegó un fútbol total ante un empequeñecido Barcelona. Pero en el ocaso del primer acto hizo acto de presencia Alexia, que recortaría distancias.